Nuevo golpe para España en el caso Endesa
20 de diciembre de 2006
El 2006 ha sido el año de las fusiones. Cerca de 29.000 se registraron a nivel mundial, por un volumen total de 3,6 billones de dólares. Pero, pese a lo común que se ha vuelto el fenómeno, aún no han desaparecido por completo las resistencias. Un claro ejemplo lo ofrece lo ocurrido en España, donde las autoridades han intentado evitar que el abastecimiento energético caiga en manos extranjeras, en este caso, en manos alemanas. Sus esfuerzos se han estrellado sin embargo contra el muro de la Comisión de la Unión Europea. Por segunda vez, ésta ha declarado ilegales las condiciones impuestas por los españoles al consorcio alemán E.ON para la adquisición de Endesa.
Exigencias "inaceptables"
A comienzos de noviembre, la pugna parecía virtualmente zanjada. Las autoridades españolas habían dado a conocer un catálogo de condiciones suavizadas después de la primera reprimenda de la Comisión europea. Y E.ON incluso se había manifestado dispuesta a aceptarlas, con tal de sacar adelante su proyecto de empinarse a la cúspide del mercado mundial de energía mediante esta adquisición, con un valor cifrado en cerca de 37 mil millones de euros.
Sin embargo, la Comisión de la UE ha vuelto a tomar la palabra, en forma categórica, calificando de "inaceptables" estas nuevas exigencias impuestas por Madrid. Entre ellas se cuenta la de que E.ON se comprometa a mantener el nombre de Endesa por lo menos durante cinco años a contar de la fusión; que durante el mismo lapso no pueda vender ninguna de sus filiales; que las centrales de Endesa sigan utilizando carbón español y que el consorcio alemán no pueda adoptar "ninguna decisión estratégica relativa a la seguridad del abastecimiento que contravenga las disposiciones legales de España".
Cuestión de principios
Que los alemanes accedan o no a las exigencias españolas no es lo determinante a juicio de la Comisión de la UE. "Es importante dejarles en claro a los Estados miembros que la Comisión no permanece de brazos cruzados cuando ellos violan sus compromisos", indicó el portavoz del organismo, Jonathan Todd. En este caso, a juicio de Bruselas las exigencias de España seguían vulnerando la libertad de emplazamiento y el principio del libre movimiento de capitales.
Por otra parte, la Comisión reprochó a España no haber eliminado o modificado en medida suficiente todas las condiciones que Bruselas ya había rechazado en septiembre, de manera que sigue su curso el proceso iniciado contra los españoles por esa causa. Madrid tendrá ahora plazo hasta el 19 de enero para eliminar los últimos obstáculos a los planes de E.ON de adquirir Endesa. Si no acata tal dictado, corre peligro de enfrentar una demanda ante la Corte Europea.