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Lección de democracia

26 de julio de 2011

Una de las consecuencias del atentado terrorista en Noruega debería ser una toma de posición abierta a favor de la multiculturalidad en la sociedad globalizada, dicen editorialistas.

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Noruega, de duelo luego de los atentandos en Oslo y en Utøya.
Noruega, de duelo luego de los atentandos en Oslo y en Utøya.Imagen: dapd


Le Monde
, de París: “En Noruega no se cambiará la legislación a causa del atentado terrorista. No se tratará de mitigar el dolor del país restringiendo la democracia en nombre de la seguridad, es decir, endureciendo las leyes de acuerdo con los objetivos políticos del momento. Noruega seguirá siendo un país en el que primen las libertades ciudadanas, una decisión sostenida por la clase política en Oslo. Y una actitud diferente a la que se tomó en EE. UU. luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, lo contrario al curso que se toma demasiado a menudo cuando se aprovechan las noticias sobre hechos criminales como excusa para endurecer al código penal a costa de la libertad. En su dolor, Noruega permanece fiel a sí misma. Se cuestiona muchas cosas, pero sigue fiel a sí misma, lo cual es una lección para nuestras democracias.”

“Asumir el debate sobre multiculturalidad”

Gazeta Wyborcza, de Varsovia: “El manifiesto del terrorista noruego es un ‘Mi lucha' moderno sin Hitler. (…) Pronto se alzarán voces que exijan prohibir ese documento y su publicación en Internet. Pero ‘2083: una declaración de independencia europea' debería permanecer accesible como advertencia. El texto debería ser más que un objeto de análisis para politólogos, psicólogos o expertos en terrorismo. ¿Por qué no hablar de él en las escuelas? (…) No hay ningún tipo de garantía de que en algún lugar de Europa no aparezca alguien que imite a Breivik. Y cuanto más intensivos sean los intentos de desactivar esa bomba de tiempo ideológica, menor será la posibilidad de que se produzca una nueva tragedia. El hecho de que se condene a Breivik no hará desaparecer los atentados. Por eso, tanto los responsables de los medios como las élites políticas de Europa deberían asumir el debate sobre migración y multiculturalidad y explicarle a la gente por qué no es posible volver a una sociedad étnicamente homogénea, con un solo dios y sin lugar para quienes piensan distinto.”

“Distanciarse del terrorismo”

De Volkskrant, de Amsterdam: “Se acabó la era de la ingenuidad. Y eso también se aplica a las consecuencias que acarrean las ideas políticas radicales, aún cuando estén dentro del marco de la libertad de expresión. El ideario político de Breivik es una mezcolanza ideológica, pero es indudable que su mayor fuente de inspiración es el populismo de derecha. Sería absurdo adjudicarle por eso la responsabilidad por los crímenes de Noruega a los partidos populistas de derecha, como el Partido por la Libertad (PPV) holandés. Pero así como se exige a las organizaciones musulmanas el rechazo del terrorismo, también se puede esperar del líder del PVV, Geert Wilders, y de los suyos que tomen distancia de Breivik sin dejar lugar a dudas, y no sólo a través de un breve mensaje en Twitter.”


“El enemigo no siempre viene de afuera”

Der Tagespiegel, de Berlín: “Jens Stoltenberg, el primer ministro de Noruega, país que pasa por una dura prueba debido a los atentado terroristas del viernes, 22 de julio, dijo que la respuesta a los crímenes será más democracia, más apertura, pero nunca ingenuidad. Esta última es, sobre todo, una advertencia que va más allá de las fronteras noruegas, dirigida hacia quienes intentan abusar de la hospitalidad. Ingenua fue tal vez también la confianza en que se iban a respetar las reglas de la democracia y de una sociedad abierta. El peligro para ambas, sin embargo, no viene siempre de afuera. A veces, el enemigo de la libertad es rubio, tiene ojos azules, gusta de la música clásica y de la literatura y se autodenomina cristiano.”

Autora: CP/ dpa
Editora: Emilia Rojas-Sasse