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México, donde ser mujer te puede costar la vida

Mónica Vázquez Ruiz
6 de marzo de 2019

¡Ya llegué! Es el mensaje que envían las mexicanas a sus familiares y amigos cuando vuelven a casa por las noches. La violencia de género en México ha alcanzado niveles históricos, advierte Naciones Unidas.

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Manifestación en contra de la violencia de género en México.
Manifestación en contra de la violencia de género en México.Imagen: Getty Images/AFP/P. Pardo

"Siempre aviso a mis familiares con un mensaje de texto que llegué a salvo a mi casa, pues en el metro te pueden secuestrar, en la calle y en el taxi te asaltan. No importa cómo andes vestida, dónde te encuentres o la hora que sea”, dice a DW Lizbeth Sánchez, una mujer profesional, de 44 años de edad. El mensaje "Ya llegué” se ha normalizado en México como medida de protección entre las mujeres, pues la violencia de género ha alcanzado niveles históricos y alarmantes para la sociedad. Según informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), diario asesinan a nueve mujeres, en promedio. Lo que convierte a México, en uno de los países más peligrosos del mundo. De acuerdo a los últimos reportes del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cifra de feminicidios ha aumentado en un índice de 10 puntos en 2019. Esto sin contar el número de asaltos, acoso o desaparición forzada. Ante un gobierno ausente, sin acciones eficaces para restar la violencia, la sociedad civil busca justicia por cuenta propia y crea redes de ayuda.

Levantan la voz contra la violencia

Al notar que la violencia se está generalizando en el país, Jazmín Martínez, cronista gastronómica, decidió crear #SafePlaces, iniciativa que invita a los locales a unir esfuerzos para proteger a las mujeres, "una noche iba caminando hacia mi casa y me pregunté qué haría en caso de sentirme vulnerada. Vi que los únicos lugares abiertos eran los bares y restaurantes, entonces se me ocurrió que estos lugares fueran un resguardo para las mujeres que se sienten en riesgo”, cuenta Martínez. 

Ya son 480 establecimientos los registrados como "lugares seguros”, desde que Jazmín Martínez lanzó la convocatoria en febrero de este año. A la iniciativa ciudadana también se unieron galerías de arte, agencias de autos, editoriales, y otros comercios; en fin, lugares que tienen acceso al público, ya sea a pie de calle o dentro de plazas comerciales. "Se les pide que los empleados estén capacitados y sepan que una mujer puede entrar y pedir ayuda si se siente insegura en la calle. Cada local las asiste según sus posibilidades, por ejemplo, las agencias de autos brindan servicio de trasporte”, agrega Martínez.

Cruces simbólicas por las mujeres asesinadas en Ciudad de Juárez, México
Cruces simbólicas por las mujeres asesinadas en Ciudad de Juárez, MéxicoImagen: AFP/Getty Images/H. Martinez

Esta iniciativa pronto se difundió entre la sociedad, incluso puestos de comercio ambulante, cercanos a las estaciones del metro, se han sumado con letreros en las calles contra la violencia de género: "Amiga si alguien te está siguiendo o molestando, acércate a este puesto y te ayudamos. Ni una más”.

Nos queremos vivas

Los pactos ciudadanos contra la violencia también se hacen visibles en las redes sociales, donde colectivos de todas partes de México denuncian desapariciones y a los agresores. Tal es el caso de "Nos Queremos Vivas Neza”, grupo de Facebook organizado por la asamblea de madres de ciudad Nezahualcóyotl, zona oriente de la ciudad de México. "Después del feminicidio de la niña Valeria del 11 años, asesinada en el transporte público, las madres de la zona decidimos denunciar los abusos”, dice para DW Lupita Alvarado, integrante de la asamblea.

Ella, como cientos de mujeres en México, levanta la voz contra la violencia. Estas redes de apoyo son tan activas que han logrado esclarecer casos, que las autoridades pasan por alto. "Los padres de Karina, de 12 años de edad, nos mandaron un mensaje. Su hija había sido raptada por un hombre de 28 años, que decía era su pareja sentimental. Nosotras fuimos a presionar a las autoridades, y en cuanto dimos con el secuestrador lo llevamos a la policía. Ahora está en la cárcel con ocho años de condena”, cuenta Alvarado. Aunque la pena impuesta al delincuente le parece de poco tiempo, ella confía que estas pequeñas alianzas sociales pueden generar un cambio y hacer de México un país más seguro para las mujeres y niñas.

(jov)