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Murió el científico venezolano Jacinto Convit, investigador de la lepra

12 de mayo de 2014

Jacinto Convit, quien diseñó vacunas contra la lepra y la leishmaniasis, murió este 12 de mayo a los 100 años de edad. Convit recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1987.

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Toma de la página www.jacintoconvit.com
Toma de la página www.jacintoconvit.comImagen: www.jacintoconvit.com

La Fundación Jacinto Convit confirmó el fallecimiento de quien describió como "héroe de la salud pública". El científico fue creador de las vacunas para el control de la lepra y la leishmaniasis, con estudios que realizó durante los años setenta y ochenta. A finales del año pasado la Asamblea Nacional (Congreso) le concedió un reconocimiento por sus trabajos, con motivo del centenario de su nacimiento.

Hijo de padre inmigrante vasco y madre venezolana, Convit nació en 1913 en la popular parroquia de La Pastora, en Caracas, mientras corría una de las dictaduras militares más represivas del país, al mando del general Juan Vicente Gómez. Convit se dedicó al estudio de la lepra desde sus días de
estudiante de medicina en la Universidad Central de Venezuela, la principal del país, donde años después fue profesor. Empezó su carrera como director de una leprosería a las afueras de Caracas, desde donde criticó el tratamiento de los pacientes a quienes se les aislaba de la sociedad, separaba de sus familias y, en muchos casos, recluían contra su voluntad.

Lucha contra la lepra con ayuda de armadillos

La lepra, una enfermedad infecciosa que ocasiona lesiones en la piel, los nervios y los ojos, estuvo cubierta por un manto estigmatizador durante siglos. Convit llegó a ser director de la división gubernamental que atendía la investigación y atención de la lepra, fundó junto con otros colegas la sociedad venezolana de dermatología y creó el Instituto Nacional de Biomedicina, que dirigió hasta su muerte.

En 1987 diseñó el modelo de vacunación para combatir la enfermedad contra la que luchó toda su vida, combinando la vacuna contra la tuberculosis y el bacilo Mycobacterium leprae, que Convit inoculó del armadillo, el único animal capaz de infectarse con la bacteria que provoca la lepra.

La figura del "cachicamo", como se conoce al armadillo en Venezuela, se convirtió en referencia del médico, que coleccionó decenas de figurillas del animal que aparece, también, en el reverso del billete de cinco bolívares. Convit logró cambiar la orientación del tratamiento de la lepra en Venezuela, al evitar el aislamiento de los pacientes con la enfermedad, introducir el tratamiento ambulatorio y
cerrar las leproserías.

Leishmaniasis, “el mal de la selva”

Esos cambios se desperdigaron rápidamente entre los servicios médicos de los demás países de Latinoamérica. Convit también descubrió una vacuna contra la leishmaniasis, enfermedad que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a las poblaciones más pobres del mundo y está asociada a la malnutrición y las malas condiciones de vida.

Fue premiado por la Organización Panamericana de la Salud y estuvo en la lista de los hombres más valiosos de la OMS, pero nunca ejerció la medicina privada ni buscó la fama. "El premio Nóbel no me quita el sueño, la cura contra el cáncer sí", llegó a decir el médico.

JOV (dpa, Reuters)