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Modelismo ferroviario: el mundo a escala

Mirra Banchón7 de noviembre de 2006

El mundo del modelismo ferroviario se presenta en la feria de Colonia. DW-WORLD visitó dos de las empresas alemanas punteras en el ramo.

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Casi 150 años de historia ferroviaria, en miniaturaImagen: presse

Del 9 al 12 de noviembre tiene lugar en Colonia la mayor feria dedicada en modelismo ferroviario. Más de 200 empresas especializadas en recrear el mundo entero a escala reducida presentan a orillas del Rin sus novedades en cuanto a trenes, casitas, buses, vías y andenes en miniatura se refiere. Más allá de los intereses comerciales, los del mundo lúdico de los niños están tan bien representados, que pueden asistir a la feria. Y jugar en ella.

En esta cita están presentes, dos empresas alemanas oriundas de lo profundo de la Selva Negra y punteras en el mercado del modelismo, cuyas fábricas visitó DW-WORLD antes de la feria. La una es Märklin, que desde hace 147 construye en Göppingen trenes y sistemas ferroviarios a escala. La otra es Faller, de la pequeña y acogedora, Gütenbach. Ésta última es especialista en empequeñecerlo todo: desde montañas y bosques hasta el supermercado y el jardín de infantes con sus bicicletas. La tarea del bricolador es construir y diseñar su pequeño mundo atravesado por vías y carreteras, como a bien tiene.

Modellbahn Märklin Holding GmbH Pressebild
Modellbahn Märklin Holding GmbH PressebildImagen: presse

Un tema, un paisaje, una época

Debido a la complejidad de este sistema –“recrear la realidad a escala”, como dice el lema de la empresa Faller- por lo general cada "jugador" se especializa en un tema: en un modelo específico de tren, un paisaje, una época. Así por ejemplo, la empresa Märklin sacó para el mundial de fútbol Alemania 2006 el tren de los campeones del mundo de 1954 en Berna: el equipo alemán. Durante el legendario viaje de Spiez a Múnich, miles de espectadores se arremolinaron a lo largo de las vías del tren para ver pasar a sus héroes del balón. Faller, por su parte, con ocasión del Mundial Alemania 2006, ofreció un campo de fútbol de la calle en miniatura.

Handmalerei Märklin Holding GmbH Pressebild
Pintado a mano, en trabajo mayormente femeninoImagen: presse



De padres a hijos

Aunque uno podría pensar que este mundo está concebido los niños, el jugador clásico del modalismo ferroviario -precisamente por su complejidad y, no por último, por su precio- son los hombres a partir de los cuarenta años. Y sus familias. Éstas son el grupo meta de ambas empresas.

Cuando en las familias se ha jugado con trenes y maquetas, los muchachos entre los 12 y los 14 años suelen entusiarse por el modelismo. Así lo explica a DW-WORLD Roland Gaugele, portavoz de Märklin. Los principales compradores de sistemas ferroviarios a escala son los hombres, mayores de 40. La mayoría de ellos proviene de Europa -más exactamente de Alemania, Austria, Suiza e Inglaterra. También en Estados Unidos el mercado ha sido siempre favorable para caro hobby del cosmos ferroviario y los mundos en miniatura.

Virtual versus concreto

Modellbahn Märklin Holding GmbH Pressebild
Modellbahn Märklin Holding GmbH PressebildImagen: presse

A comienzos del siglo XXI, este mundo lúdico se ve amenazado. Por una parte, la implosión demográfica alemana y europea se ha sentido en el ramo de los juguetes; en el del modalismo fuertemente. Por otra parte, la diferente forma de jugar de la sociedad actual -entiéndase el abandono de lo concreto por lo virtual- obliga a los empresarios del ramo a replantearse el asunto. ¿Cómo enfrentan ambas este cambio en la sociedad y en el consumo? “Märklin“, explica Gaugele, „fue la primera empresa en ofrecer sistemas de trenes dirigidos por computadora”.

“Faller”, cuenta su portavoz, Stefan Rude, “combate el estancamiento y la reducción de este mercado, que amenaza con morir con sus clientes actuales, modernizando su imagen comercial y ofreciendo modelos cercanos a lo cotidiano de la gente“. Sin embargo, tanto trenes como ciudades a escala son, por definición, algo concreto y manual. La virtualidad le es ajena. La reconstrucción de todo el entorno es un trabajo de horas y horas, mucha motricidad fina y mucha paciencia; "el constructor tiene, sin embargo, al final un resultado concreto en la mano; algo de lo que puede sentirse orgulloso. Eso marca la diferencia", resalta Rude.

Modellbahn Märklin Holding GmbH Pressebild
Trenes que atraviesan generacionesImagen: presse

Producción local

Una sombra más se cierne sobre el mundo del modelismo: la invasión de los productos provenientes de la China y su bajo precio. Debido a que los trenes son objetos de producción tan minuciosa como costosa –la fábrica de Märklin cuenta con máquinas especialmente diseñadas para esa producción, no existen en serie-, jamás serán un objeto de producción masiva. Si a ello se suma los altos costos laborales alemanes, el producto final tiene un alto precio. Las consecuencias de ello, las han sufrido ya ambas.

Es decir, la estrategia para dinamizar este mercado pasa por modernizar los productos y acceder a nuevos compradores, convenciendo, sobre todo a las familias, de las bondades de jugar. ¿Y abaratar los productos relocalizando la producción?, preguntò DW-WORLD. En ambos casos la respuesta fue negativa. El control y la garantía de calidad se verían seriamente afectados, y la flexibilidad se vería sumamente disminuida. “Produciendo aquí podemos reaccionar en un lapso de entre 6 y 8 semanas a los deseos de los clientes”, recalca Rude, algo que produciendo en China, por ejemplo, sería casi imposible. Dado que no se trata de una producción masiva, sino de, proporcionalmente, pequeñas cantidades de cada modelo, ambas empresas ponen mucho ahínco en controlar sus productos y ofrecer calidad.

Modellbahn Märklin Holding GmbH Pressebild
Fiel copia del originalImagen: presse

Sin ir más lejos, el año anterior parte de la empresa familiar Märklin tuvo que ser vendida y la idea de la relocalización de la empresa era una posibilidad que se barajaba. Sin embargo, si bien han tenido que reducir personal y en el volumen de la producción, los trenes de Märklin siguen saliendo hacia todas partes del mundo desde la Selva Negra.

Un pequeño mundo con tradición

En resumen, en estos días el recinto ferial de la ciudad de Colonia abre las puertas a mundos en miniatura, cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, cuando a imagen y semejanza de la locomotora a vapor inglesa, las reproducciones en hojalata comenzaron a encantar a hombres tan ilustres como Johann Wolfgang von Goethe o Napoleón Bonaparte.

El que a esta feria puedan acceder tanto personal especializado como adultos y niños que quieren jugar pretende aportar tanto a la dinamización de este ramo de la industria del juguete como al bienestar de las familias, pretendiendo mostrar que recrear mundos en miniatura puede ser un proyecto común cuyas vías atraviesan generaciones.