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Migrantes latinoamericanos en EE.UU.: ¿herramienta política?

Ricardo Rojas-Rondón
19 de septiembre de 2022

Dos gobernadores republicanos han enviado migrantes a estados gobernados por demócratas. Esto ha sido criticado por defensores de derechos humanos. Algunos sostienen que están siendo utilzados con miras a las elecciones.

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Una migrante de Venezuela espera ser transportada a una iglesia local por voluntarios (19.09.2022).
Una migrante de Venezuela, que abordó un autobús en Texas, espera ser transportada a una iglesia local por voluntarios después de ser dejada afuera de la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris en Washington (19.09.2022).Imagen: Stefani Reynolds/AFP

Esta semana, el gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, envió dos autobuses con migrantes latinoamericanos a las cercanías de la residencia de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris en Washington, Estados Unidos.

Asimismo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, envió en avión un grupo de 50 migrantes a la acaudalada isla de Martha's Vineyard, en Massachusetts, también desde Texas. En los dos casos, la mayoría de ellos son venezolanos.

Traslado de migrantes podría tratarse de un "delito de fraude"

"La administración Biden-Harris continúa ignorando y negando la crisis histórica en nuestra frontera sur, que ha puesto en peligro y abrumado a las comunidades de Texas por casi dos años", dijo Abbott el jueves. "Texas continuará enviando inmigrantes a ciudades santuario como Washington D.C. hasta que el presidente Biden y la zar fronteriza Harris den un paso al frente y hagan su trabajo para asegurar la frontera", advirtió.

En un comunicado de prensa publicado al día siguiente, la oficina de Abbott detalló que Texas ha enviado por tierra a más de 8.000 migrantes a la capital estadounidense desde abril, más de 2.500 a la ciudad de Nueva York y más de 600 a Chicago desde agosto.

La llamada Operación Lone Star "continúa llenando los peligrosos vacíos dejados" por el gobierno estadounidense al negarse a "asegurar la frontera", señala el comunicado. "Cada individuo que es aprehendido o arrestado y cada gramo de drogas incautadas habría llegado de otro modo a las comunidades de Texas y la nación debido a las políticas de fronteras abiertas del presidente Biden".

Varias organizaciones de defensa de los derechos de los migrantes rechazaron estas acciones y consideran que responden a una motivación política.

Carolina Jiménez, presidenta de la organización de defensa de los derechos humanos The Washington Office on Latin America (WOLA), explica en conversación con DW que "la información que se ha recabado hasta ahora parece indicar que esos vuelos se realizaron bajo engaño", ya que "muchos migrantes le han dicho a abogados, a defensores de derechos humanos y a la prensa que les habían dicho que iban a Boston y que además les iban a dar apoyo para integración laboral y terminaron en una isla totalmente desconocida para ellos".

"Podríamos estar ante el delito de fraude", advierte, indicando que los gobernadores "están transportando personas con información falsa".

Aspiraciones presidenciales detrás del traslado de migrantes

Asimismo, Jiménez apunta que podría haber dos intenciones detrás del envío de migrantes por parte de Abbott y DeSantis a estados con gobiernos demócratas. La primera es que en noviembre de 2022 habrá elecciones de medio mandato en Estados Unidos. "Hay una pugna muy fuerte entre los partidos y el Partido Republicano quiere retomar el control del Congreso que perdió en las elecciones pasadas".

Además, la experta recuerda que tanto Abbott como DeSantis "tienen aspiraciones presidenciales", con miras a los comicios de 2024, "lo cual implica una carrera por la nominación presidencial de cada partido" y "cada uno quiere demostrar que es el hombre fuerte contra la migración ilegal".

El caso de la migración venezolana es particularmente alarmante. Casi 7 millones de venezolanos han dejado su país, según la ONU, lo que convierte este éxodo en el más grande a escala mundial, junto al causado por la invasión rusa de Ucrania. La gran diferencia es que en el país caribeño no hay guerra.

Además, muchos de estos migrantes ahora se lanzan a una mortal travesía a pie desde Venezuela hasta Estados Unidos. Y llegan espantosos reportes de las penurias y terribles historias que tienen que sufrir al atrevesar la temida selva del Darién, entre Colombia y Panamá, donde han muerto varios de ellos, según los medios, aunque no hay cifras oficiales.

La segunda intención, según Jiménez, es "enviar un mensaje de disuasión, decirle a las personas que están saliendo desde Venezuela, Colombia, Perú, cruzando ese horror que es el tapón del Darién y subiendo a través de Centroamérica y México para llegar a Estados Unidos, que es mejor que no lleguen porque aquí les pueden pasar este tipo de cosas".

Responsabilidad compartida y transnacionalidad

"El gobierno federal podría invertir muchísimo más en la infraestructura del asilo", ya que es "terriblemente difícil" para los migrantes que llegan a los estados fronterizos estadounidenses llevar a cabo los procesos de solicitud de asilo. "No ha habido una inversión en el sistema de asilo de Estados Unidos, que además se vio tremendamente lesionado durante la administración Trump", dice la experta.

Sin embargo, "siempre el fenómeno migratorio implica responsabilidad compartida porque, dentro de los diversos fenómenos humanos que existen, el migratorio es uno de los que por su naturaleza implica transnacionalidad y cruce de fronteras".

En este sentido, "sin lugar a dudas hay que mirar siempre la raíz de una migración forzada”. El hecho de que en este caso la mayoría de los migrantes enviados a Washington y Massachusetts sean venezolanos obedece a que "el éxodo venezolano continua, porque Venezuela es un país en donde se violan masivamente los derechos humanos y en donde sigue existiendo una emergencia humanitaria compleja que ha puesto a la población en una situación incluso de inseguridad alimentaria".

(ers)