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Múnich: 850 años y un monje muy joven

Mirra Banchón16 de junio de 2008

Hace más de 850 años, unos monjes se establecieron en la colina Petersberg. Cuando el emperador Barbarossa concedió el derecho de acuñar monedas y recaudar, nació Münichen. La Múnich actual festeja por todo lo alto.

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Preside los festejos: el Münchner KindlImagen: Picture-alliance/dpa

La leyenda cuenta que un hace más de 850 años un grupo de monjes se asentaron en colina Petersbergl. La primera inscripción de esta Villa de mönichen se tiene como la fecha de fundación de la actual München, la Múnich capital del Estado federado de Baviera.

Más que ninguna otra región, ésta -vecina de los Alpes y la Selva Negra, rodeada de lagos y bañada por el río Isar- ha marcado la imagen de Alemania en el mundo. Los grandes jarros de cerveza durante la Oktoberfest, las más o menos rollizas muniquesas con trajes típicos de delantal y encajes, pantalones de cuero con tirantes y el sombrerito tirolés –con o sin pluma: estas imágenes provienen de Múnich.

Deutschland 850 Jahre München
TrachtlerImagen: AP

Los monjes y la sal

Es Enrique El León, duque de Baviera y Sajonia, quien decide asentarse cerca de la Villa de los Monjes en torno a su iglesia, la Peterskirche. También decide construir un puente sobre el río Isar. Para que sus inversiones redituaran, el duque bávaro puso el ojo en el comercio de sal, que tenía que atravesar el río, para llegar hasta Augsburgo. Dado que un puente cercano que había sido construido por el arzobispo de Freising, le arrebataba el flujo comercial y los aranceles que dejaban los mercaderes, Enrique El León mandó destruirlo. Poco después, el 14 de junio de junio de 1158, el emperador Federico Barbarossa concedía mediante el Arbitrio de Augsburgo el derecho de mercado, acuñación y aduana a Münichen. La bonanza económica de la villa había comenzado. Y los monjes fueron perpetuados, tanto en el nombre de la ciudad como en su escudo, que ostenta un joven monje: el Münchner Kindl.

BdT Deutschland 850 Jahre München
Durante el desfile del domingo 15 de junioImagen: AP

Un dulce festejo

Hoy, a 850 años de esa inscripción, Múnich –con 1,3 millones de habitantes la tercera ciudad después de Berlín y Hamburgo- atrae por su idílica ubicación, su burbujeante actividad cultural y ese tono tan local de su vida cotidiana a más de 100 millones de visitantes al año. Los festejos en Múnich –que ocupa el puesto 12 en la lista de ciudades europeas importantes- se prolongarán hasta septiembre; con un guiño, llevan el nombre Brücken bauen, construir puentes. 700.000 visitantes acompañaron el 14 de junio a 5000 trachtlern –los vestidos con trajes típicos- a partir un dulce coloso de tres metros de altura y 920 kilos de peso.

Oktoberfest München - Münchner Kindl
Un Münchner Kindl de carne y huesoImagen: picture-alliance/dpa

La magia del monje

Entre las numerosas personalidades que han realzado los festejos muniqueses se encuentra la reina Silvia de Suecia, quien asocia con München uno de los momentos más emocionantes de su vida. Traductora de profesión, Silvia Renate Sommerlath trabajaba para los Juegos Olímpicos de 1972 cuando notó que era observada a través de un telescopio. El rostro que había detrás era el de un joven que le cayó muy simpático. Se trataba del Carl Gustaf, el rey de Suecia. El flechazo y el desenlace del encuentro la popular reina los atribuye a la magia del Münchner Kindl, ese joven clérigo de 850 años que preside estos efervecentes festejos.