Los pelos de punta

Juicio para rato

STANDART, Sofia: "Radovan Karadzic le pondrá los pelos de punta al tribunal. En la prisión de La Haya tendrá sumo confort y la compañía de sus compañeros de ideas. (…) El traslado no es el fin de la saga que se ha tejido en torno a su detención, sino sólo el comienzo. Porque ahora se inicia un largo y difícil juicio, que puede llevar muchos años. Además no está claro si terminará con un fallo o no. El pronóstico optimista reza que el proceso puede acabar como más temprano en el 2010."

La fiscalía debe mejorar

DER STANDARD, Viena: "Inmediatamente después de la entrega de Karadzic, en Europa se oyeron voces clamando que por fin se iba a poder hacer justicia a las víctimas de Srebrenica. ¿Pero es el Tribunal para la ex Yugoslavia la última instancia de la justicia o el derecho? Sólo si Karadzic es condenado sobre la base de pruebas firmes, el juicio podrá tener efectos reconciliadores para los pueblos enemistados en Bosnia. En ese sentido, la fiscalía deberá superarse a sí misma. En el caso de Milosevic, la fiscalía pretendió tratar todas las guerras en Yugoslavia… hasta que el ex presidente se murió. En el proceso contra el líder nacionalista radical Vojislav Seselj, la fiscalía debe avergonzarse todos los días por presentar testigos y pruebas débiles. En el caso de Karadzic algo así no puede suceder. De lo contrario, el juicio no curará viejas heridas, sino que abrirá nuevas."

Serbios se libran de pesada carga

KOMMERSANT, Moscú: "El cumplimiento de las obligaciones ante el Tribunal para la ex Yugoslavia fue para Serbia la única forma de librarse de la carga que lleva desde los tiempos de Slobodan Milosevic y que le hacía tener complejos de inferioridad con respecto a otros Estados europeos. Que cada vez más serbios comparten esa opinión queda demostrado con que los adversarios de la entrega de Karadzic prácticamente no son apoyados por la sociedad serbia."

Orientación unilateral

PRAVDA, Moscú: "No es seguro que Karadzic sobreviva el juicio. Pues para los presos del Tribunal de La Haya, de los cuales el 90 por ciento son serbios, es usual que no sobrevivan para escuchar el fallo. ¿Por qué no debe tomar asiento en el banquillo de los acusados ningún dirigente de los croatas ni de los musulmanes bosnios? Todo ello debe hacer reflexionar seriamente acerca de la orientación de los europeos en la aclaración de los crímenes en los territorios de la ex Yugoslavia."