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Los negocios de Vladimir Schröder

3 de abril de 2006

El papel del ex canciller Gerhard Schröder en la financiación de un gasoducto ruso-germano ocupa a varios editorialistas de la prensa europea.

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Putin y Schröder, una amistad simbiótica.Imagen: dpa

El diario austriaco Die Presse opina: La imagen que tiene Gerhard Schröder de Rusia no sólo es romantizada sino también puramente egoísta y materialista. Tal como se presentan ahora los hechos, la profunda amistad con el presidente ruso Putin siempre fue imaginada como trampolín para asegurarle a Schröder un puesto lucrativo en el campo de las relaciones germano-rusas. Con éxito. Desde la semana pasada Schröder es el presidente del consejo de dirección de la empresa que construye el Gasoducto de Europa del Norte (NEGP). Poco antes de perder las últimas elecciones, el gobierno rojiverde se prestó como aval para un crédito de mil millones de euros para dicha empresa. 'Este asunto apesta', dijo el jefe del partido liberal FDP, Guido Westerwelle. Hay que darle toda la razón."

Un procedimiento normal y corriente

El diario alemán Handelsblatt rectifica: "El debate actual sobre el papel de Schröder en el posible crédito para el proyecto ruso se convierte en algo irracional. No es nada inusual ni reprochable que el gobierno se preste como aval para proyectos de este tipo. Se trata de un procedimiento absolutamente normal y corriente en cuestiones consideradas estratégicamente importantes para Alemania. Además, el gobierno alemán no se prestó como aval para el consorcio ruso Gazprom como parecen indicar algunos medios. El comité interministerial del anterior Gobierno rojiverde aprobó garantías para un posible crédito del banco público alemán

Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW) y del Deutsche Bank para financiar el proyecto de construcción del gasoducto ruso-germano. Aparentemente nadie se interesa por los hechos."

Desagradable

El diario ruso Nesawissimaja Gaseta apunta: "No hay crédito, pero si tenemos un escándalo. Las relaciones comerciales entre el ex canciller alemán y Gasprom son cada vez más delicadas. Esto es muy desagradable para el consejo de dirección de la empresa que construye el gasoducto y también para los socios rusos. Así se daña la imagen del proyecto energético más importante para Europa.

Decencia política

El diario suizo Basler Zeitung escribe: "A Schröder le gustó verse a sí mismo en medio de la tempestad de la historia. Como amante de la paz, abrazando a un Putin y negándole al presidente estadounidense la alianza guerrera, como impulsor de reformas sociales en el país imponiéndose contra cualquier resistencia, como el valiente jefe de gobierno que luchó como un león por su reelección. […] Probablemente el ex canciller es mucho menos codicioso de lo que sospecha actualmente parte de la sociedad alemana. Sin embargo, para convertirse en un estadista veterano de fama longeva Schröder debería haber prestado más atención a las reglas de le decencia política. Esto significa no hacer causa común con cualquier negocio."