Los hombres no hablan

La revista “Laura”, publicada en Hamburgo, presentó en su última edición una encuesta que realizó con respecto a la comunicación entre cónyuges. Encuestadas fueron 1058 mujeres casadas, algunas con más otras con menos años de matrimonio, de entre 18 y 65 años de edad.

Llama la atención que sólo fueron preguntadas ellas. Interesante hubiera sido escuchar también la otra campana, pero las redactoras de “Laura” prefirieron no dejar hablar al sexo opuesto. Y después dicen que los hombres no quieren hablar: contradicciones de las encuestas.

Ellos prefieren a sus amigos

El 56 % de las esposas manifestó que quisiera conversar más y más a menudo con sus parejas… pero ellos no quieren. El 45 % de las mujeres desea incluso que la pareja les preste en general más atención. Y a casi una tercera parte de las esposas las enoja que sus medias naranjas prefieran pasar habitualmente el tiempo libre más con sus amigos que con ellas.

El 34 % de las encuestadas desean que sus esposos dejen menos todo tirado en cualquier lado en el hogar. Poco claro quedó si es porque ellos no dejan cosas tiradas por todos lados o si las esposas ya se han resignado a aceptar que es así.

Algo menos importante que el desorden es la lucha por los comandos a distancia de la televisión: sólo el 18 % de las esposas, según la encuesta, se ponen de malhumor cuando el esposo no da el brazo a torcer en la cuestión de quién tiene el poder sobre los programas de televisión.

Ante esas cifras no puede llamar entonces la atención que las parejas alemanas hablen poco sobre la sexualidad: si los hombres no conversan, ¿cómo van a hablar entonces sobre sexo? Así lo constató la revista femenina “Elle” en otra encuesta, publicada paralelamente.

Mostrar con la mano

A la mayoría de los alemanes les cuesta mucho hablar con su pareja abiertamente sobre sus deseos y problemas sexuales. Nada menos que el 69 % de los encuestados por “Elle” confesaron que, en caso de problemas, tenían inhibiciones para hablar abiertamente sobre éstos. El 66 % prefiere, en lugar de hablar, mostrarle con la mano a la pareja qué es lo que desean.

Que la sexualidad sólo puede ser satisfactoria si se es absolutamente honesto en la pareja opina el 30 %. Un 27 % considera, por el contrario, que demasiada honestidad lleva a que en la cama no pase más nada. Punto muerto, como quien dice.

No obstante, en cuanto a sexualidad son las mujeres las que menos quieren hablar: un 61 %, eternas soñadoras, opina que hablar sobre sexualidad destruye el romanticismo. De la misma opinión son sólo el 46 % de los hombres.

Desavenencias en las parejas debido a diferentes deseos y prácticas sexuales se registró entre una de cada tres parejas. Encuestadas por “Elle” fueron 1061 personas, hombres y mujeres de entre 20 y 60 años de edad.