Limpiando el tránsito
10 de mayo de 2006El proyecto “Transporte Urbano Limpio para Europa” (CUTE, en sus siglas en inglés), financiado por la Unión Europea, es el más grande experimento práctico de este tipo a nivel mundial. Desde el 2003 participaron del mismo las siguientes nueve ciudades europeas: Hamburgo, Stuttgart, Madrid, Barcelona, Londres, Estocolmo, Luxemburgo, Porto y Ámsterdam. El objetivo era analizar el funcionamiento de tres autobuses equipados con diferentes tipos de pilas de hidrógeno en cada una de estas ciudades.
Posible alternativa
Una creciente conciencia por el medioambiente y una situación energética cada vez más seria hacen que en Europa se busquen alternativas concretas a los combustibles de origen fósil. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advirtió que, de continuar en la actual línea de consumo, la dependencia de la UE para abastecerse de petróleo llegará al 92% en 2030. La Unión Europea propone la sustitución del 20% de los combustibles convencionales por otros menos contaminantes para 2020.
Según expertos, una de las opciones más prometedoras es el hidrógeno. El sistema consiste en pilas que alimentan eléctricamente el motor gracias a una reacción química entre el oxígeno y el hidrógeno. El hidrógeno se obtiene, por ejemplo, con paneles solares, se lo almacena en tanques y es suministrado a alta presión a los vehículos. La gran ventaja ambiental es que se trata de una energía limpia y silenciosa, que sólo desprende vapor de agua.
Proyecto exitoso
En los últimos dos años, los 27 autobuses recorrieron un total de 850.00 kilómetros y transportaron a unos cuatro millones de pasajeros. Los novedosos vehículos se vieron expuestos a las condiciones geográficas y climáticas más diversas: circularon por la montañosa ciudad de Stuttgart y soportaron muy bien los veranos madrileños calcinantes, como dos gélidos inviernos en Estocolmo. Del 10 al 11 de mayo se presentarán en detalle los resultados, aparentemente muy positivos, obtenidos durante este período de prueba. En este congreso participarán todos los involucrados en el proyecto, entre ellos representantes de las distintas municipalidades, así como industriales y científicos.
Grandes inversiones
El principio de la pila de hidrógeno se conoce ya desde el siglo 19. Pero había caído en el olvido, porque resultaba más económico generar corriente eléctrica de otros modos. Hoy en día producir hidrógeno sigue siendo muy costoso y complejo y, según la fuente energética que se use, incluso pueden llegar a emitirse gases invernadero durante el proceso de producción. Pero también se puede producir hidrógeno sin tener que contaminar, valiéndose de la energía solar, eólica o hidráulica, por ejemplo. El gobierno alemán prevé invertir 500 millones de euros en los próximos diez años, para impulsar la investigación en esta área.