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La sangre azul se torna roja

JAG19 de mayo de 2004

La boda del príncipe Felipe con una periodista, marca el final de una era para las monarquías europeas. Reinas independientes, con carrera y de "sangre roja" sustituyen a las tradicionales "princesitas".

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Una pareja moderna que heredará un reino.Imagen: AP

La absorción de la realeza por la sociedad civil está acabando con los últimos privilegios que concede la "noble cuna" en Europa. O, por lo menos, así lo parece en los últimos tiempos si contemplamos como el príncipe Guillermo de Holanda se casa con una experta en finanzas de Argentina, Federico de Dinamarca se casa con una abogada australiana y Felipe de Borbón con una periodista. ¿Cuando se vio esto en los palacios europeos?

Nuevo papel de los enlaces reales

Los matrimonios reales tenían tradicionalmente su trasfondo político. Una buena jugada diplomática "matrimonial" conseguía lograr la alianza de estados que hasta entonces habían sido eternos rivales. Para las cuestiones de amor y cama, estaban las cortesanas.

Pero en la Europa actual, la realeza y su papel social ha cambiado. La realeza no quiere ser sólo privilegiada y recibe una educación semejante al resto de los ciudadanos. Infantas economistas, profesoras o consortes abogados o deportistas ya no son tan raros entre la "fauna de palacio".

El acercamiento de los líderes al pueblo es una máxima para obtener su beneplácito. Y la realeza, aunque sin poder efectivo, se adapta a las nuevas tendencias de la modernidad para ganarse a los súbditos. El príncipe de Asturias, título que ostenta Felipe, hizo caso omiso de las recomendaciones borbónicas y, pese al peligro de perder el trono, eligió entre sus pretendientes a Letizia. La futura reina de España es independiente, con carrera y está divorciada, una auténtica mujer del siglo XXI. Incluso ya tiene un "Letimovil" propio con el que recorrerá orgullosa las calles de Madrid al lado de su marido, todo su príncipe heredero. Unas nupcias de sangre azul y mantener a las amantes dentro de las intrigas de palacio ya no es suficiente para los príncipes del futuro.

Königliche Hochzeit
Federico de Dinamarca y Mary.Imagen: AP

Sangre roja en palacio

Pese a las primeras críticas de los ortodoxos monárquicos, la futura princesa consiguió meterse al pueblo en el bolsillo. Casi todos los españoles la ven perfecta en su papel de princesa. Y no sólo el espectador, sino también los medios, aceptaron el papel de Letizia tras su estelar aparición en Dinamarca.

Letizia sabe hacer su papel, natural y desenvuelta, como si ya lo hubiese hecho antes. En esta opinión coincidió toda la prensa alemana, entre ellos la revista de sociedad "Gala" y el semanario "Der Spiegel", después de la boda del príncipe Federico de Dinamarca con la abogada australiana Mary Donaldson.

Pese a ser una república, Alemania contempla fascinada las bodas reales, quizá con envidia sana. La única reminiscencia de realeza en el país es Silvia Sommerlath, reina de Suecia, a quién el rey Carlos Gustavo conoció en 1972, durante los Juegos Olímpicos de Munich, donde ella trabajaba como jefa de azafatas. Para los germanos, se puede prescindir de la sangre azul, si la futura reina lo merece.