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La RDA revive

Valeria Risi25 de agosto de 2003

Varios canales de televisión alemanes se han dedicado a echar una mirada nostálgica a la antigua República Democrática Alemana. Varios políticos y sociólogos se muestran escépticos frente a este tipo de programas.

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Luego de la caída del muro el "Trabi", se convirtió en un objeto de culto .Imagen: Bilderbox
Luego del fenomenal éxito de la tragicomedia "Good Bye, Lenin", que atrajo a más de seis millones de espectadores a los cines alemanes, canales de televisión privados y estatales se han montado en la ola nostálgica que parece rodear a la antigua Alemania del Este. La película de cine, premiada en el Festival de Berlín de este año, cuenta la historia de un jovencito que intenta mantener dentro de su casa viva la imagen de la RDA, mientras que afuera se está viniendo abajo el muro de Berlín. El chico pretende así evitarle un shock fatal a su madre, postrada en la cama y ferviente comunista. La película conmovió al público alemán, a la vez que lo hizo reír. Y sobre todo, no dividió a la "otra Alemania" entre buenos disidentes y malvados agentes secretos. "Good Bye, Lenin" mostró a ciudadanos promedio durante una época altamente política.

El regreso de la RDA

DDR Nostalgie
Golosinas típicas de la RDA.Imagen: AP

Los shows nostálgicos que se presentan en estos días, en canales de televisión privados y estatales, corren el riesgo de convertir a la RDA en un "gabinete de curiosidades". Siguiendo el exitoso concepto de shows televisivos que homenajeaban la década de los ochenta y los setenta, los productores de los diversos programas parecen concentrarse únicamente en los elementos pintorescos de la vida en la dictadura alemana. En el lapso de pocas semanas al menos cuatro canales presentarán cada uno su propio show recordando a la RDA. Pero en este recuerdo no caben las violaciones a los derechos humanos, ni los crímenes cometidos por el régimen. Los programas recordarán, por ejemplo, una famosa marca de pepinos en vinagre, que sólo se producía del otro lado del muro. El automóvil de culto "Trabant", conocido también como "Trabi", obviamente ocupará un importante lugar en estas retrospectivas televisivas, además de diversos personajes célebres, que relatarán ante cámaras sus recuerdos.

Encerrados por el muro

Cada vez más historiadores, defensores de los derechos cívicos y políticos, temen una continua minimización del aspecto criminal del sistema RDA. El presidente del Parlamento Alemán, Wolfgang Thierse (SPD), advirtió que la RDA "debe ser mostrada en toda su contradicción". Por supuesto que también existió "cotidianidad, alegría, deporte y entretenimiento". Pero no hay que olvidar que en Alemania del Este gobernó un régimen dictatorial y corrupto, en el cual "fuimos espiados y encerrados detrás de un muro".

Solidaridad televisiva

Canales de televisión rivales se mostraron sorprendentemente unidos ante las acusaciones de los políticos. Los conductores de los distintos programas se defendieron mutuamente, negando la superficialidad que se le reprocha a sus shows. "Se trata de nuestros hermanos y hermanas en la antigua Alemania del Este, y no del folclore en Haití o la Isla de Pascua", argumentó Ulrich Meyer, presentador del canal privado Sat1.

Emisoras televisas y políticos siguen discutiendo sobre el contenido adecuado para un programa de este tipo. El historiador Bernd Faulenbach, por su parte, ya definió este tipo de shows como "inapropiados para incrementar el interés del público por la historia de la RDA". Según Faulenbach, el programa ideal es aquel en el cual los espectadores del este ven reflejada su vida diaria, mientras que los televidentes del oeste aprenden algo nuevo sobre los antiguos vecinos. En la programación actual no ocurre ni lo uno, ni lo otro. La televisión presenta la imagen de una "RDA inofensiva, un poco curiosa y en parte amable". Nada más.