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La princesa Lafita y el jeque Maktoum: Dubai bajo presión

Jennifer Holleis
18 de febrero de 2021

La pulida imagen pública del Emirato Árabe Unido se deteriora. Las crecientes peticiones de pruebas de que la princesa Latifa está viva destapan el doble rasero del Emirato Árabe en materia de derechos humanos.

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Imagen de Latifa bint Mohammed Al Maktoum.
Latifa Al Maktoum grabó su vida en una residencia carcelaria, pero hace seis meses los mensajes cesaron abruptamenteImagen: picture alliance/AP Photo/Detained in Dubai

El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum está acusado de mantener encarcelada a su hija Latifa desde que fue aprehendida cuando se escapó, en marzo de 2018.

El gobernante de Dubai, el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, ha hecho mucho para que su país deje de ser un lugar hundido en el polvo del desierto y dependiente del petróleo, y se convierta en un moderno destino turístico y de negocios. Por estos días el país fue noticia por su exitoso programa espacial a Marte.

Esta semana, sin embargo, el multimillonario de 71 años, que ejerce de vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) desde 2006, ha sido el centro de una atención no deseada. ONGS de derechos humanos, la ONU y los políticos exigen claridad sobre el trato que recibe su hija, Sheikha Latifa bint Mohammed Al Maktoum, más conocida como Latifa Al Maktoum.

El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum.
El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, padre de Latifa, es acusado de mantenerla cautiva.Imagen: Tim Goode/PA Wire/empics/picture alliance

El lado oscuro de la imagen pulida de Dubai

La princesa Latifa es una de los 30 hijos que se calcula que tiene Al Maktoum de varias esposas. Desde su fuga y regreso forzado a Dubai, en marzo de 2018, Latifa ha estado recluida en una residencia a la que se refiere como una "cárcel." Tiina Jauhiainen y David Haigh, cofundadores de la campaña Free Latifa, han publicado un video grabado en secreto, después de que no tuvieran noticias de Latifa en más de seis meses. "Perdimos el contacto hace más de medio año, pero creo que sigue viva", dijo Jauhiainen a DW.

Tiina Jauhiainen, una instructora deportiva finlandesa, es la mejor amiga de Latifa y pone sus esperanzas en el presidente estadounidense, Joe Biden, tras su participación en la liberación del activista de derechos humanos saudí Loujain Al-Hathloul.

El abogado de Latifa, y cofundador de la campaña, David Haigh, de Detained International, una ONG de defensa legal del Reino Unido, pide a Maktoum que "libere a su hija rehén y ponga fin al abuso de los derechos, lo cual está dañando la reputación de los EAU".

ONG humanitarias piden pruebas para las acusaciones

Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW), así como la ONU y varios políticos, han seguido su ejemplo y han pedido al jeque Al Maktoum que presente pruebas de que la princesa Latifa sigue viva.

Hiba Zayadin, investigadora del Golfo para HRW, también ha señalado que la hermana mayor de Latifa, la princesa Shamsa, "no ha sido vista desde que fue secuestrada en las calles de Cambridge en 2000." En 2019, el Tribunal Superior de Justicia de Londres concluyó que Shamsa, que ahora tiene unos 40 años, había sido secuestrada, trasladada en avión a Francia y devuelta por la fuerza a Dubai. "Al hacerlo, [el tribunal] puso en evidencia el absoluto desprecio de los Emiratos Árabes Unidos por el Estado de derecho, tanto dentro como fuera de sus fronteras", afirmó Zayadin en Twitter.

Según Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, "Dubai se beneficia de un vecindario represivo para presentarse como un bastión del liberalismo, pero detrás de la reluciente fachada hay una realidad más fea en la que se encarcela a los críticos, se limitan los derechos de los trabajadores inmigrantes y el gobernante de Dubai encierra a su hija adulta por querer escapar de una vida en opresión", dijo a DW. Rupert Colville, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, confirmó en Twitter que "sin duda le plantearán estos nuevos acontecimientos a los EAU".

Dubai ha estado construyendo meticulosamente e invirtiendo con éxito en su reputación como centro de atención de mente abierta en los EAU. Como destino de negocios libre de impuestos y centro de operaciones para el Lejano Oriente, se presenta como mucho más liberal que sus vecinos, Arabia Saudí y Omán. Los hoteles de lujo y un sinfín de atracciones han convertido al país en un imán para el turismo, con un sector que aportó un 12% (35.000 millones de euros) al PIB del país en 2019.

Los influencers difunden imagen poco realista de Dubai

Junto a su apuesta por el consumismo, a falta de atractivos históricos o naturales, Dubai también le ha abierto los brazos a los influencers. que deciden residir en ese país para potenciar su imagen. Ya en 2018, el Consejo Nacional de Medios de Comunicación de Dubai emitió tasas de licencia por unos 3.000 euros por "cualquier forma remunerada o no de presentación y/o promoción de ideas, bienes o servicios por medios electrónicos, o aplicaciones de red." Los ingresos generados por los influencers con sede en Dubai están exentos de impuestos.

Los influencers de todo el mundo han aprovechado esa oportunidad. Desde entonces, el número de atardeceres perfectos y de gente guapa se vuelto una forma de mostrar cómo es ese país, o mejor dicho, cómo le gusta ser visto. La tendencia se acentuó durante los meses de invierno de la pandemia, ya que Dubai acogió a la gente (siempre que tuviera un test de PCR negativo) con restaurantes abiertos, centros comerciales y atracciones turísticas. Imágenes de trabajadores extranjeros acuciados por la falta de normas de protección laboral, o fotos sobre la opresión de las mujeres no forman parte de esa postal de Dubai que se ve en las redes sociales a través de los influencers.

Atardeceres románticos, pero está prohibido besarse en público

Ahora, muchas celebridades de Instagram, You Tube y Twitter se benefician de las últimas reformas de las leyes islámicas de noviembre de 2020, que tipifican como delito los "crímenes de honor", y, a la vez, toleran la convivencia de parejas no casadas, y también permiten a los mayores de 21 años consumir o llevar alcohol a sus domicilios particulares.

En Dubai, empero, está prohibido besarse en público, maldecir o apoyar abiertamente los derechos LGBTI. Y aunque la historia de la princesa Latifa sería adecuada como libreto de una película de James Bond, su cautiverio no forma parte de los atardeceres de las cuentas de Instagram.

(jov/cp)