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Libia sin OTAN

31 de octubre de 2011

La misión de la OTAN en Libia culmina. Para la Alianza, el balance de “Unified Protector”, después de siete meses de operaciones, es bueno. “Diplomáticamente su precio ha sido muy alto”, dice a DW un especialista.

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"Gracias, OTAN"Imagen: DW

La OTAN da por terminada su misión en Libia. “Una de las más exitosas operaciones en la historia de la Alianza”, como la denominó su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, culmina después de siete meses, durante los cuales colaboró con el Consejo Nacional de Transición (CNT) en el derrocamiento y captura de Muamar al Gadafi, muerto el 20 de octubre. Con el país liberado, el mandato de la OTAN termina con una visita de Rasmussen al CNT, que asume la responsabilidad y las riendas del país.

“Nuestra misión militar ha sido cumplida”, subrayó Rasmussen. No obstante, las circunstancias en que murió Gadafi -que había tenido en sus manos el destino de los libios por más de cuarenta años- empañan la visión. Que el objetivo no era matar a Gadafi, resalta Alain Juppé, ministro francés de Exteriores: “nuestra meta era obligarlo a dimitir”.

NATO Angriffe auf Tripolis Libyen Gaddafi
El cielo de Trípolis iluminado por las explosiones durante un bombardeo de la OTANImagen: dapd

Siete meses de misión

Después de 26.000 operaciones aéreas de combate y patrullas navales constantes, la Alianza pone fin a la misión que empezó el 31 de marzo. En ella, de los 28 países miembros de la Alianza Atlántica, sólo doce se involucraron directamente. Estados Unidos, Francia e Inglaterra, a la cabeza. Que Alemania no aprobara la misión no fue del agrado de muchos.

Durante estos siete meses, la OTAN se encargó de la protección del espacio aéreo libio, bombardeó a las tropas de Gadafi –apoyada en el mandato de proteger a la población civil- y allanó el camino a los rebeldes hacia la toma del poder en Trípoli. No se sabe aún el número de víctimas que ha costado la lucha entre rebeldes y las tropas de Gadafi.

“Un precio diplomático muy alto”

“Desde el punto de vista militar, la misión ha sido sin duda un éxito”, comenta Thomas Jäger, catedrático de Política Internacional en la Universidad de Colonia. No obstante, desde el punto de vista político, el análisis es diferente. “La resolución en torno a Libia causó una profunda grieta entre los que la favorecían –Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos- y aquellos que se abstuvieron como China, India, Rusia, Brasil y Alemania”.

NATO Anders Fogh Rasmussen
Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTANImagen: dapd

El que los países europeos no hayan logrado una posición común muestra que “la UE no estuvo en condiciones de gestionar un conflicto a la puerta de su casa”, analiza el politólogo alemán, resumiendo: “La misión ha tenido un costo diplomático muy alto”.

El mandato de Naciones Unidas

Por otro lado, a pesar del éxito, esta experiencia no puede servir de modelo para el futuro. Entretanto queda claro que no en toda misión de riesgo limitado se puede operar exclusivamente desde el aire y sin tropas de tierra. Según Robert Gates, ministro de Defensa de Estados Unidos, la operación en Libia ha puesto de manifiesto los problemas de la Alianza. En su opinión, hay países en la OTAN que cargan con el peso de las misiones y hay otros que “se aprovechan de sus ventajas, pero no están dispuestos a asumir los riesgos”.

En el caso de Libia, además, el mandato de Naciones Unidas fue aplicado de manera muy elástica. La resolución 1973 de la ONU permitía “todas las medidas necesarias” par proteger a la población civil de los ataques de las tropas de Muammar Gaddafi. Sin embargo, el objetivo principal de la misión quedó claro el 15 de abril en un artículo publicado en el británico Times, el francés Figaro y el estadounidense Washington Post: “Gadafi must go and go for good”, es decir, Gaddafi tiene que irse y para siempre. Lo firmaban Barack Obama, Nicolas Sarkozy y David Cameron. Con esto, así el especialista de la Universidad de Colonia, se acordaba un objetivo bélico que no estaba incluido en la resolución de Naciones Unidas.

Libyen Bürgerkrieg Rebellen Trauer
Aún no se sabe cuántas vidas se ha cobrado el enfrentamiento entre rebeldes apoyados por la OTAN y las fuerzas de GaddafiImagen: picture-alliance/dpa

En cuanto al sentido de la operación, Jäger ve justificado que Alemania no participara, pues a nadie le quedaba claro que su resultado fuera a ser aceptable. En esta misión que culmina, así Jäger, para la OTAN “la mejor de las opciones se hizo realidad”.

Así, al entregar la responsabilidad a Mustafa Abdul Yalik, presidente del CNT, el secretario general de la OTAN se esforzó en dejar claro que no hay planes de instalar ahí bases militares y que tampoco existe la perspectiva de una misión semejante. "Es bonito estar aquí en Libia, en la Libia libre", subrayó Rasmussen.

Autora: Miriam Klaussner/Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas