El Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional llegó en diciembre último a 3,1 por ciento, el más alto de todo 2017, empujado por los fuertes incrementos en las tarifas de los servicios de energía eléctrica, agua, gas y los combustibles, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
A fines de 2016 el Gobierno argentino había estimado que la inflación de 2017 rondaría entre el 12 y el 17 por ciento, una meta que fue superada en 7,8 por ciento.
Frente a una proyección similar, el equipo económico de Macri modificó el 28 de diciembre pasado la previsión de la inflación para 2018 de 10 al 15 por ciento, una medida que tuvo como primer impacto una depreciación del peso argentino frente al dólar.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, admitió ese día que la meta inflacionaria había quedado "desfasada" y que la actual proyección era "más realista" que la que horas antes del anunció había aprobado el Parlamento como parte del presupuesto del Estado.
Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires los índices de inflación de diciembre y anual, respectivamente, fueron de 3,3 por ciento y 26,1 por ciento, más que la cifra registrada en todo el país, según la Dirección de Estadística y Censos local.
Bajar la inflación es uno de los problemas a los que el Gobierno argentino todavía no encontró solución. "Lo más fácil que tenemos por resolver es la inflación", había dicho Macri durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia del país en 2015.
En declaraciones periodísticas el mandatario había asegurado que al finalizar su segundo año de gestión, que se cumplió en diciembre de 2017, la inflación iba a ser de un dígito, algo que, según estimaciones oficiales, podría lograrse en 2020.
CP (dpa, rtr)
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Argentina: la dura realidad de un barrio obrero
Un barrio de la periferia bonaerense
La vivienda del albañil Alejandro Arias, su esposa, Eva Duarte, y sus cinco hijos fue censada en los últimos meses. Hasta ahora no figuraba en ningún registro. Ahora podrá pedir en la Seguridad Social el certificado de que vive en esta casa del barrio Obrero, en el municipio de Lomas de Zamora, en el Gran Buenos Aires, periferia de la capital argentina.
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Bebiendo mate
El albañil Alejandro Arias, su esposa, Eva Duarte, y sus cinco hijos beben mate. Él dejó de conseguir trabajo hace cuatro meses. Un pariente le prestó un viejo Renault 12 para usarlo como remise (taxi), pero se le averió hace unas semanas. Ahora solo viven de los 200 euros mensuales que reciben en total como asignación universal por hijo.
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Patrimonio averiado
El viejo Renault 12 que un familiar le prestó a Alejandro Arias para que lo usara como remise (taxi) ante la falta de trabajo en su oficio, el de albañil. Pero el coche se le averió y ahora está sin trabajo. A su barrio, el Obrero, de Lomas de Zamora, no entran los remises porque sus conductores temen que les roben.
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Los otros "carros"
Los carros de los 'cartoneros' (recolectores informales de basura) son parte del paisaje del barrio Obrero, de Lomas de Zamora. Los cartoneros recogen residuos reciclables en los barrios ricos y de clase media y los venden en centros de acopio y fábricas.
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Abandono del gobierno
La basura y los coches abandonados se acumulan en las calles del barrio Obrero sin que ningún funcionario municipal se ocupe de limpiarlas. Constituyen focos de enfermedades.
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Ríos contaminados
Uno de los vecinos del barrio Obrero que fue censado y recibirá su certificado de domicilio. Pero a él le preocupa que su casa se inunda cada vez que llueve con el agua putrefacta del arroyo que está detrás de su casa. Se trata de un canal que se conecta con el Riachuelo, uno de los diez ríos más contaminados del mundo.
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Calles peligrosas
Un joven camina por una calle del barrio Obrero en la que al fondo dominan los 'transas', vendedores de droga. Los vecinos recomiendan no acercarse demasiado por la violencia. Los 'transas' suelen vender 'paco' (pasta base de cocaína) a los pobres y marihuana y cocaína a los visitantes de otros barrios más pudientes.
Autor: Alejandro Rebossio