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La economía alemana piensa en el mañana, la española sólo en hoy

29 de septiembre de 2010

Con motivo de la huelga general en España, preguntamos a un experto alemán y a una sindicalista. Desde análisis diferentes, coinciden: la economía germana planea a largo plazo, a la española le faltan miras de futuro.

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Violentos entre los manifestantes incendiaron autos en Barcelona.Imagen: AP

Hay una frase que estos días los españoles le recuerdan con frecuencia a José Luis Rodríguez Zapatero: en 2007, el presidente declaró que su país había "entrado en la Champions League" de la economía mundial. En aquellos tiempos, España todavía crecía a un ritmo del 3,6 por ciento anual, cuando el crecimiento alemán era del 2,5 por ciento.

España iba a superar en renta per cápita a Italia, a Francia y, en 2010, también a Alemania, adelantaba el mandatario socialista en una entrevista concedida ese mismo 2007, el año en que la tasa de desempleo germana vivió la mayor contracción de su historia reciente, después de llevar varios ejercicios por encima del 10 por ciento, y volvía a situarse en un relativamente cómodo 9 por ciento.

Entonces, el desempleo en España se encontraba en el 8,6 por ciento. Hoy, es del 20,09; en algunas comunidades autónomas como Canarias y Andalucía ronda incluso el 30 por ciento y entre los jóvenes se coloca alrededor del 40. El Gobierno ha puesto en marcha una reforma del mercado laboral que entre otras cosas abarata el despido, y planea modificar las pensiones. Este 29 de septiembre, los sindicatos españoles han convocado una jornada de huelga general.

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Ya durante la noche del martes 28 al miércoles 29 se desplegaron los huelguistas y la policía.Imagen: AP

En Alemania, mientras tanto, el porcentaje de desocupados oscila actualmente entre el 7 y el 8 por ciento, se firman pactos para garantizar los puestos de trabajo y la economía va creciendo este 2010 un 3,7 por ciento, arrastrando a cifras positivas a casi todo el resto de la Eurozona. En lo que llevamos de año, "se aprecian crecimientos positivos en las mayores economías europeas, salvo en la española", escribe el Instituto Nacional de Estadística en Madrid.

Hace una semana en el Senado, Zapatero acusó a la oposición de "ceguera" y aseguró que España ya no está en recesión. "Eso no es cierto", dice Jörg Hinze, del Instituto de Economía Mundial de Hamburgo. "España sigue en plena recesión", opina el experto, y permanecerá allí todavía algún tiempo.

Problemas estructurales

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Servicios mínimos y policía deben garantizar que la jornada de huelga transcurra tranquila.Imagen: AP

La clave en la divergente situación económica española y alemana está en la burbuja inmobiliaria, sostiene Hinze: "Aquí no hubo boom inmobiliario y el peso del sector de la construcción en el conjunto de nuestra economía es relativamente pequeño. En España sucede lo contrario, y cuando un ámbito que tiene tanta importancia y del que dependen tantas otras ramas se viene abajo, el desempleo se dispara. Básicamente, la cuestión se puede resumir en que nosotros no tenemos los problemas estructurales que tiene España".

Alemania se sustenta en un tupido tejido industrial formado principalmente por pequeñas y medianas empresas. En el índice de competitividad del Foro Económico Mundial, su economía ocupa el quinto lugar; la española el 42. "Pocos países del mundo están industrialmente tan bien posicionados como nosotros: en esta comparación no sólo España pierde, sino muchos otros", puntualiza el economista. El secreto de la fuerza exportadora germana: años de contención salarial para bajar los precios y, sobre todo, fomento de la tecnología punta.

Como parte de sus planes de ahorro, Madrid ha anunciado ya que recortará las subvenciones a I+D, desatando airadas críticas internas. Pero, "más importante que las partidas del Gobierno es que las empresas mismas destinen fondos a innovar", indica Hinze. "En Alemania fue precisamente en los años de crisis cuando las compañías realizaron mayores inversiones en investigación. Así, una vez mejoró la situación, estuvieron listas para medirse en el mercado internacional", continúa el experto, que no espera que algo similar ocurra en España.

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En las princiopales ciudades españolas se convocaron manifestaciones para este 29 de septiembre.Imagen: AP

Tampoco ahora que las cifras son buenas se duerme Alemania. Pese a que los pronósticos pintan cada vez mejores, Berlín ha presentado un plan de recorte del gasto público que no alcanza, eso sí, las dimensiones del español: no se tocan los salarios de los funcionarios ni las pensiones y la tijera se mete menos a fondo en las prestaciones sociales. "En Alemania no se persigue reducir el déficit actual para tranquilizar a los mercados, sino lograr que éste se acerque a cero en el año 2016", explica Hinze.

No dejar a las próximas generaciones un país endeudado se encuentra entre las principales preocupaciones económicas de los germanos. "Nuestra deuda sigue siendo, con respecto al Producto Interior Bruto, superior a la de España", recuerda el economista, "el problema de España es que las dificultades estructurales de su economía hacen preveer que el endeudamiento va a crecer. Las tasas de desempleo se mantendrán altas bastante tiempo y eso elevará el gasto".

"En España hay pocos empresarios realmente emprendedores. La mayoría sólo busca el beneficio rápido", ¡Siga leyendo!

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La policía carga contra los manifestantes en Barcelona.Imagen: AP

Mentalidad de usar y tirar

Tampoco Angelica Jiménez, del sindicato alemán IGM, uno de los principales del país, le pronostica nada bueno al índice de desempleo en España. "La cuestión es que faltan puestos de trabajo. Y abaratando el despido no se consigue más ocupación", dice, y entiende que los compañeros en el sur de Europa hayan decidido salir a la calle. Un 20 por ciento de desempleo es "un fracaso total", que no sólo le va a costar a las arcas del Estado, sino también a la sociedad: "son muchísimos jóvenes los que están perdiendo su nivel de profesionalidad", advierte.

También eso le restará competitividad a la economía hispana. Algo de lo que Jiménez no cree que el empresariado español sea consciente. "En Alemania, las directivas valoran mucho más la mano de obra cualificada, y eso se ha demostrado en esta crisis, en la que se ha echado mano de cuanto recurso había disponible para mantener las plantillas. Porque el empresariado alemán planea a medio y largo plazo, y para eso necesita saber con qué personal cuenta", explica la sindicalista, "en España, la mentalidad es más de usar y tirar. Muchas empresas no son realmente emprendedoras y sólo buscan el beneficio rápido. En cuanto los ingresos se contraen, echan a la gente sin pensar en que quizás la necesiten dentro de unos meses".

Pero no sólo entre las compañías ocupa la cualificación en Alemania un lugar más destacado que en España. La importancia que la sociedad germana le concede a las profesiones manuales es mayor, y se requiere una formación para la práctica de cualquiera de ellas. "Hasta para ser panadero se exige un título", recuerda Jiménez, "en este ámbito, los españoles han hecho avances, pero no al ritmo deseado".

Entre patronal y sindicatos no reina en Alemania el idilio. La cultura es, simplemente, diferente. "En Alemania no están permitidas las huelgas generales. Los paros se llevan a cabo dentro de marcos muy reglamentados y sólo durante la negociación colectiva", aclara Jiménez, "sin embargo, nosotros tenemos unos instrumentos legales mucho más potentes que en España. Podemos recurrir a los tribunales, nuestro poder de decisión es mayor.., disponemos de más opciones a las que recurrir a la hora de defender los derechos de los trabajadores".

Economistas como Jörg Hinze opinan que el mercado laboral español es demasiado rígido. "Con un 30 por ciento de temporalidad como había en España, los empresarios no se podían quejar de que despedir fuera caro, porque con no renovar los contratos ya les bastaba", contraargumenta Jiménez. La temporalidad es otro de los problemas: "la gente trabaja tres meses en un sitio, tres meses en otro, seis meses en un sector, seis meses en el siguiente. Eso provoca inseguridad. Y es malo para la economía porque, cuando un empleado empieza a conocer bien el oficio, tiene que irse".

Segura está la sindicalista de que la reforma laboral presentada por el Ejecutivo de Zapatero es la respuesta equivocada. "Lo único que va a conseguir es generar más desempleo", asegura, "en lugar de eso, el Gobierno español debería ocuparse de las asignaturas pendientes: inversión, innovación y cualificación".

Autora: Luna Bolívar Manaut

Editor: José Ospina-Valencia