Los primeros ministros de la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia celebraron este domingo (17.11.2019) en Praga y Bratislava el trigésimo aniversario de la llamada Revolución de Terciopelo, la transición pacífica del régimen totalitario checoslovaco a la democracia.
Para el líder checo, el magnate Andrej Babis (foto principal), fue un momento de sincerarse y agradecer el valor de sus conciudadanos durante la revolución, como el fallecido expresidente Vaclav Havel, así como estudiantes y artistas. "No fui en ese momento tan valiente y comprometido como Havel" y, "como sabén, fui miembro del Partido Comunista y no siento orgullo de eso", reconoció Babis.
La víspera, el polémico primer ministro fue criticado duramente en una protesta masiva con unas 250.000 personas en Praga, que pidieron su dimisión por conflicto de intereses, control de la prensa y abusos con fondos europeos. En el Museo Nacional de Praga, recién restaurado, Babis ejerció de anfitrión de sus homónimos eslovaco, Peter Pellegrini; polaco, Mateusz Morawiecki, y húngaro, Viktor Orban, además del presidente del Parlamento alemán, Wolfgang Schäuble.
Tras un "video mapping" de diez minutos, que reflejó algunos hitos dramáticos de la segunda mitad del siglo XX, los líderes hicieron su valoración de las transiciones centroeuropeas desde el antiguo bloque soviético del Este a la Unión Europea (UE), momento que el mandatario húngaro aprovechó para reivindicar el papel de los Estados nacionales.
"Somos el futuro de Europa", afirmó el ultranacionalista Orbán, al tiempo que destacó la defensa de un mundo basado en los "Estados nación y en los principios cristianos". "Queremos decidir solos sobre nuestros destinos, queremos vivir como naciones libres, no como provincias, no como súbditos sometidos", añadió.
Tras el acto de Praga, los cuatro líderes se desplazaron a Bratislava, para hacer una ofrenda floral junto al castillo de Devin, en honor de las víctimas del comunismo. Se estima que tras el golpe comunista de 1948 unos 60.000 checoslovacos se exiliaron y, entre los años 1968 y 1989, se marcharon otros 250.000.
Pero no todos lograron huir con vida y este memorial de Devin recuerda a 400 de ellos que perecieron en el intento de cruzar el Telón de Acero hacia Occidente. (EFE)
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Tras las huellas de la división de Berlín
Puerta de Brandeburgo
Desde agosto de 1961 hasta noviembre de 1989, el Muro de Berlín dividió la ciudad durante 28 años, dos meses y 27 días. La Puerta de Brandeburgo fue durante mucho tiempo el símbolo de la división alemana. Desde el 22 de diciembre de 1989, los berlineses pueden volver a caminar sin obstáculos a través del monumento histórico de su ciudad.
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Tras las huellas de la división de Berlín
Galería del Este
La East Side Gallery, cerca del río Spree, es una parte del antiguo muro de 1,3 kilómetros de largo, que artistas de todo el mundo pintaron en 1990. El área es una atracción turística, a pesar de que ya se hayan eliminado varios elementos del muro por otros proyectos de construcción.
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Tras las huellas de la división de Berlín
Memorial del Muro de Berlín
En ninguna parte de la ciudad la antigua franja de la muerte es tan palpable como aquí. Se reconstruyó un tramo de 80 metros de longitud junto con una torre de vigilancia. Este sitio sirve como lugar central de recuerdo donde se conmemora a las víctimas del Muro de Berlín.
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Tras las huellas de la división de Berlín
Marcando el curso del muro
El muro desapareció casi por completo en Berlín. En el centro de la ciudad, una franja de adoquines indica la antigua ubicación del muro.
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Tras las huellas de la división de Berlín
Punto de control Charlie
Este paso fronterizo es uno de los lugares más famosos de la ciudad. Solo los extranjeros y los diplomáticos podían pasar por aquí. Poco después de la construcción del Muro, los tanques soviéticos y americanos se enfrentaron aquí en una demonstración de fuerza, en octubre de 1961.
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Tras las huellas de la división de Berlín
Memorial de Hohenschönhausen
Desde 1994, la antigua prisión de la Stasi es un monumento a las víctimas de la tiranía comunista. Se informa a los visitantes sobre las condiciones de detención y los métodos de interrogatorio en la RDA. Los guías son antiguos presos.
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Tras las huellas de la división de Berlín
La estación de escucha Teufelsberg
Después de la Segunda Guerra Mundial, la zona fue utilizada como vertedero de escombros. Las ruinas de la guerra fueron recogidas y formaron el Teufelsberg, la elevación más alta de Berlín Occidental. Durante la Guerra Fría, los estadounidenses utilizaron la montaña como estación de escucha. Desde aquí, las señales de radio del bloque oriental fueron capturadas, interceptadas e interferidas.
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Tras las huellas de la división de Berlín
Puente Glienicke
Muchos piensan que el intercambio de espías solo existe en las películas. Sin embargo, el puente entre Berlín y Potsdam fue el escenario de ese tipo de intercambios en varias ocasiones. Steven Spielberg utilizó el lugar histórico como telón de fondo para su película "Puente de espías".
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Tras las huellas de la división de Berlín
El Museo del espionaje
El museo interactivo se encuentra cerca del Potsdamer Platz y traslada a los visitantes al mundo del espionaje. Se hace especial hincapié en la época de la Guerra fría. Las más de 300 piezas expuestas incluyen también un coche "Trabi" con cámara infrarroja.
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Tras las huellas de la división de Berlín
El camino del muro
Este camino recorre 160 kilómetros a través de Berlín y sus alrededores. Cada primavera, los cerezos japoneses florecen a lo largo de un trecho cerca del puente Bösebrücke, el puente que se abrió como primer paso fronterizo en la noche en que cayó el Muro, el 9 de noviembre 1989.