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Irán mejorará tecnología de enriquecimiento de uranio

31 de enero de 2013

La República Islámica desafía a Occidente y niega que desee construir armas nucleares, como temen países como Israel y Estados Unidos.

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Imagen: markazinews

Irán anunció sus planes de instalar y operar máquinas avanzadas de enriquecimiento de uranio, en un salto tecnológico que le permitiría acelerar significativamente una actividad que,según Occidente, tiene como fin desarrollar armas nucleares, algo que el régimen de Teherán rechaza, argumentando solo objetivos pacíficos tras la decisión.

La República Islámica dijo en una carta entregada el 23 de enero a la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) que usará las nuevas centrífugas en su principal planta de enriquecimiento de uranio, cerca de Natanz. La misiva fue divulgada este jueves (31.01.2013) por la agencia, con base en Viena.

La desafiante medida incrementará las preocupaciones en Occidente e Israel sobre las ambiciones nucleares de Irán y podría complicar aún más los esfuerzos diplomáticos de grandes potencias por negociar un bloqueo a las actividades atómicas de la república islámica, cuya carta (distribuida a los Estados miembros de la ONU) habla de un modelo de centrífuga llamado IR2m, que sería hasta tres veces más rápido que el modelo usado hasta hoy.

Provocación

"Ciertamente es una provocación incrementar cualquier capacidad de enriquecimiento (de uranio)", dijo un alto diplomático occidental a la agencia Reuters. Si bien no estaba claro cuántas nuevas centrífugas serían instaladas en Natanz, que está diseñada para albergar a decenas de miles de esas máquinas, IAEA dejó entrever que podría tratarse de hasta 3.000.

Teherán ha intentando por años desarrollar centrífugas más eficientes que las que utiliza actualmente, pero su introducción para una producción a gran escala se ha visto dificultada por retrasos y problemas técnicos. Este anuncio coincide con las discusiones entre Teherán y Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Rusia y China, quienes desean que Teherán modere su controvertido programa de enriquecimiento.

Estados Unidos y sus aliados han elevado la presión con sanciones sobre Irán en el último año, apuntando a su vital industria petrolera. Las medidas punitivas están teniendo un impacto cada vez mayor en la economía iraní (sus ventas de petróleo se redujeron a la mitad, por ejemplo), pero los líderes religiosos del país no han dado muestras de ceder.

DZ (Reuters, dpa, AP)