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Irán: ¿reformas en casa tras el acuerdo nuclear?

Jashar Erfanian, Hossein Kermani (ERC)24 de noviembre de 2013

Conocedores del acontecer iraní sopesan la posibilidad de que el reciente éxito de las negociaciones en torno al programa nuclear persa dé pie a una ola de reformas propuestas por los moderados del Gobierno de Teherán.

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Imagen: ISNA

Durante años, las potencias militares del mundo negociaron sin éxito con Irán para llegar a un acuerdo en torno al programa de enriquecimiento de uranio de ese país. Fue apenas este domingo (24.11.2013), bajo la gestión del nuevo presidente persa, Hassan Rohani, que esas conversaciones dieron su primer fruto: un pacto provisional que satisface a todas las partes y que estará vigente durante seis meses.

El tratado establece que Irán suspenderá parte de su programa nuclear a cambio de que se levanten algunas de las sanciones que pesan sobre sus hombros. Según el politólogo Siebo Janssen, radicado en Colonia, la disposición de Teherán a llegar a un acuerdo se debe a que, económicamente, “el país se encuentra de espalda contra la pared”, pero también al forcejeo constante de los moderados en el Gobierno de Rohani con los líderes políticos persas más conservadores.

El acuerdo de Ginebra, una pesadilla para Israel

Scott Lucas, investigador de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, y editor de EA Wolrdview, que monitorea los medios persas, señala que los enemigos de Rohani se habrían frotado las manos de alegría si la segunda ronda de conversaciones de Ginebra hubiera fracasado. Eso les habría permitido advertir por enésima vez que Estados Unidos y sus aliados occidentales no son de fiar, dice Lucas.

Rohani bajo presión

Ahora que el primer acuerdo nuclear ha sido alcanzado, ¿en qué medida crece la posibilidad de que el Gobierno de Rohani promueva reformas políticas puertas adentro? “Rohani es presidente de Irán porque el electorado está sediento de reformas económicas, sociales y culturales”, sostiene Janssen, agregando que, aunque Rohani todavía goza de la confianza de la mayoría de los iraníes, el presidente podría perderla rápidamente si no implementa sus planes de cambio.

Por otra parte, el Gobierno iraní no puede darle luz verde a reforma alguna sin recibir el visto bueno del líder supremo de la república islámica, el Ayatolá Jamenei. Él ha apoyado la agenda de Rohani en materia nuclear, pero, en cuestiones políticas, Jamenei siempre tiene la última palabra y hasta ahora no ha dicho mucho sobre las reformas que la mayoría de los iraníes pide.

El Gobierno de Rohani tiene el respaldo de Jamenei, pero con reservas, acota Lucas, describiendo el actual acuerdo nuclear como “una prueba para el nuevo Gobierno iraní”.