Colas interminables de refugiados se agolpan en Sheyni, el paso fronterizo más concurrido de la frontera entre Ucrania y Polonia. Hasta aquí llegan la mayoría de las mujeres solas con sus hijos. Otras llegan acompañadas de sus familiares, sabiendo que puede ser la última vez que se vean. Es la frontera del adiós.