El controvertido canje de prisioneros entre Irán y Bélgica

"Han pasado más de 203 días desde que vi a mi mejor amigo por última vez", lamenta Olivier Van Steirtegem, antes de comenzar a tocar una hiptonizante melodía de jazz en el piano. Es un homenaje a su amigo Olivier Vandecasteele, quien fue arrestado en febrero por las autoridades iraníes, acusado de espionaje.

"Esta canción fue la última que Olivier y yo escuchamos juntos antes de que Irán lo arrestara", dice a DW Van Steirtegem, de 42 años, propietario de una tienda de muebles de oficina. "Ahora está completamente aislado en una celda y en un mal estado psicológico. No está comiendo bien, tiene una infección y ha perdido mucho peso", detalla.

Vandecasteele, un trabajador de ayuda humanitaria de 41 años, vivía y trabajaba en Irán desde 2015. Había estado explorando opciones para mudarse fuera del país y eventualmente comenzar un nuevo proyecto. "Pero las autoridades iraníes tenían otros planes para él”, observa Van Steirtegem. "Entraron a la fuerza en su apartamento y lo arrestaron”.

"Estamos enviando el mensaje de que somos débiles"

Para lograr su liberación, el 21 de julio el gobierno belga ratificó un tratado de intercambio de prisioneros con Irán. Según el acuerdo, a los iraníes encarcelados en Bélgica se les permitiría cumplir su condena en Irán, y viceversa.

Pero el tratado ha sido rechazado por miembros del Parlamento belga, incluidos algunos disidentes iraníes, críticos del régimen de Teherán, así como también grupos de derechos humanos que temen que esto conduzca a la liberación de Assadollah Assadi, un diplomático iraní que ha ha estado cumpliendo una condena de 20 años de prisión en Bélgica por intentar planear un atentado con bomba en una protesta organizada por rivales del régimen iraní en Francia en 2018.

Asimismo, los detractores sostienen que el acuerdo le dará a Irán un pase libre para continuar participando en terrorismo y tomar rehenes en Irán y todo el mundo.

"Si Bélgica apacigua al régimen en Irán de esta manera, estamos enviando el mensaje de que somos débiles y estamos listos para darles lo que quieren", explica a DW Darya Safai, miembro iraní-belga del Parlamento de Bélgica, del partido nacionalista flamenco.

No se trata de un "chantaje”

"Hay otros rehenes europeos en Irán y necesitamos una mejor solución para asegurarnos de que todos sean liberados", expresa Safai.

Además de Vandecasteele, el académico sueco-iraní Ahmadreza Dijalali y el turista francés Benjamin Briere son algunos de los otros ciudadanos extranjeros retenidos como rehenes en Irán.

Por su parte, el primer ministro belga Alexander De Croo reconoció que fue una decisión difícil, pero que no se trataba de un "chantaje" y que Bélgica tenía que considerar las súplicas de la familia de Vandecasteele.

"¿Qué le dices a su familia, que lo dejaremos pudrirse en su celda?" dijo en respuesta a las críticas al tratado.

La corte está impugnando legalmente la decisión del gobierno belga en una audiencia que comenzó el 19 de septiembre.

¿Podría el acuerdo nuclear iraní brindar una oportunidad?

Si bien aún está pendiente una decisión final de la corte, Roxane Farmanfarmaian, profesora de política internacional en la Universidad de Cambridge y especializada en Irán, indica a DW que las conversaciones nucleares con Irán también podrían brindar una oportunidad para que Occidente negocie con la república islámica.

"Los estadounidenses han aconsejado a Bélgica que no proceda con este intercambio de prisioneros, ya que desean agregar a las negociaciones nucleares un mayor intercambio de reclusos, el cual involucraría a personas de varios países europeos, así como a estadounidenses", dice a DW.

"Creo que Bélgica siente que es el momento adecuado y no hay garantía de que las negociaciones con el acuerdo nuclear se lleven a cabo. Por lo tanto, no quieren aguardar y hacer que sus ciudadanos en Teherán esperen hasta que ocurra algo a mayor escala internacional", agrega la académica.

(rr/ers)