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Ingrid Betancourt: “El perdón es parte de la paz”

14 de octubre de 2012

En vísperas del inicio de conversaciones de paz en Oslo, la ex política colombiana Ingrid Betancourt, dice que el perdón es parte fundamental del proceso de paz entre el gobierno de su país y ese grupo armado.

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Ingrid Betancourt
Ingrid BetancourtImagen: AP

"En algún momento tendremos que cerrar la puerta. Y de pronto nos tocó a nosotros, a esta generación nuestra, ejercitarnos en una de las opciones espirituales más difíciles que un ser humano pueda enfrentar: la del perdón", dijo Betancourt en una entrevista que concedió al periodista y escritor Héctor Abad Faciolince para el diario colombiano "El Espectador".

"Es muy difícil el perdón. Sin duda. Pero la recompensa al perdón es la tranquilidad de nuestros hijos, de nuestros nietos. Es la oportunidad de una Colombia próspera", añadió. Interrogada desde su visión de víctima de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Betancourt dijo que la paz es fundamental para su país y que para ello hay que hacer concesiones.

"Qué tan importante es para nosotros la paz (...) Yo me pregunto: ¿habría yo querido que mis abuelos hubieran perdonado para evitarme a mí el dolor de haber vivido lo que vivimos? La respuesta es sí. Y hoy en día somos nosotros los que tenemos la posibilidad de hacer ese gesto. Y para mí ese gesto se convierte en una obligación moral, esencial. Tenemos la obligación de perdonar", remarcó.

Betancourt se declaró optimista frente al proceso de paz que arrancará la semana que comienza en Oslo (Noruega) y reflexionó sobre lo que le puede ofrecer el gobierno a las FARC para concluir que el activo más importante que ganaría el grupo armado ilegal es la respetabilidad.

"Lo que nosotros tenemos para ofrecerles a la hora de hacer la paz, no es ni dinero, ni poder. Ellos ya han conseguido mucha plata con el narcotráfico y con los secuestros, y con ello desarrollaron un poder territorial real. ¿Qué les podemos ofrecer que pueda ser realmente trascendental? Creo que podemos ofrecerles algo que tiene más valor que toda la riqueza o que todo el poder que hayan podido acumular: respetabilidad", afirmó.

Según la ex dirigente política, que ahora estudia Teología en Oxford (Reino Unido), con esa respetabilidad los integrantes podrán dejar atrás ese calificativo que reciben de "bandoleros". "Las FARC han tenido que resolver una disyuntiva, a saber: que la utilización de todos los 'medios de lucha' los deslegitimó como revolucionarios. Porque la verdad es que el fin no es el que justifica los medios, sino los medios los que determinan el fin. Hoy, a través de este proceso de paz, ellos pueden demostrarse a sí mismos, al país y al mundo, que no se convirtieron en un grupo de bandoleros", señaló.

Asimismo, comentó que las FARC tienen una estructura jerarquizada, por lo que considera factible que si sus negociadores firman la paz, las bases aceptarán la desmovilización sin mayor problema. "Creo que, en ese sentido, el pronóstico para evaluar la posible coherencia entre lo que se pacte y lo que se agencie en la realidad es más bien alentador. Es factible que haya una desmovilización efectiva y completa, con mejores resultados que los que se obtuvieron con las organizaciones paramilitares", consideró.

Según Betancourt, en las FARC se ve un cambio generacional y sus jefes actuales bordean los 50 años, así que han vivido desde niños el conflicto armado interno, por lo que para ellos una solución política es vista como un triunfo y no como una derrota.

Además, expresó que la situación actual es diferente a la de los procesos de paz anteriores, pues las FARC llegan con un "debilitamiento militar obvio" y con un entorno mundial que ha mostrado que la izquierda puede llegar al poder por la vía democrática.

También dijo que el Estado ha cambiado porque las Fuerzas Militares "han logrado una transformación muy importante" en cuanto al respeto de los derechos humanos. Betancourt fue secuestrada por las FARC en febrero de 2002 y rescatada por el Ejército en julio de 2008.

El gobierno y las FARC sostuvieron reuniones secretas entre febrero y agosto, al final de las cuales acordaron iniciar en octubre un proceso de paz, que arrancará en Oslo y seguirá en La Habana.

Fuente: dpa

Editor: José Ospina-Valencia