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Hu Jintao en Europa: ¿comercio o libertades?

Pablo Kummetz8 de noviembre de 2005

El presidente chino comenzó hoy una gira por Europa, que abarca Gran Bretaña, Alemania y España. El interés económico por China es grande, pero también hay quien se pregunta por los derechos humanos.

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Hu Jintao con la reina Isabel II, hoy en Londres.Imagen: AP


Durante el gobierno de Gerhard Schröder en Alemania, las relaciones germano-chinas estuvieron dominadas por el intercambio comercial. Angela Merkel, la designada nueva canciller federal, que podría poner eventualmente un mayor acento en la defensa de los derechos humanos en China, concede no obstante también gran importancia al comercio bilateral.

Hu Jintao in London
El carro con Hu Jintao y la reina pasa ante un cartel de protesta levantado por manifestantes en Londres.Imagen: AP

A pesar de la dicotomía entre alta tecnología y la violación de derechos humanos elementales, China se ha transformado en las últimas décadas en un importante socio comercial de los países industrializados.

El mejoramiento de las relaciones comerciales germano-chinas se atribuye en gran parte a Gerhard Schröder. El balance de su periodo de gobierno: grandes contratos, un diálogo sobre el Estado de derecho calificado de "mudo" por Amnistía Internacional y grandes diferencias con EEUU debido a la exigencia alemana de levantar el embargo de armas de la Unión Europea (UE) a China.

¿Qué hará Angela Merkel?

Ahora, tanto el sector privado como los defensores de los derechos humanos miran expectantes hacia Angela Merkel y las futuras relaciones con China.

A Schröder se lo ha acusado de falta de principios, de ver a China sólo a través de las gafas económicas y de ocuparse poco de la cuestión de los derechos humanos. Cuando, en abril de 2005, exigió vehementemente el fin del embargo de armas de la UE a China, impuesto en 1989 por la masacre en la "Plaza de la Paz Celestial" de Pekín, su política fue criticada no sólo por los conservadores, sino también en sus propias filas.

Si se intenta definir brevemente las relaciones germano-chinas de los últimos siete años, se podría emplear la fórmula "mucho comercio, pocos derechos humanos". Efectivamente, las relaciones económicas entre ambos países se han desarrollado a un ritmo vertiginoso.

Sólo durante la última visita de Schröder a China, las empresas alemanas vendieron 23 aviones Airbus, 180 locomotoras y varias plantas eléctricas. Alemania es desde 1999 el mayor inversionista extranjero en China y ocupa desde 2002 el segundo lugar entre los más importantes mercados de exportación de la economía alemana, después de EEUU.

¿Cambios a través del comercio?

Pero el éxito alemán no sólo se debe a los esfuerzos de Schröder en cuestiones comerciales, sino también a una particular habilidad para omitir una opinión oficial alemana respecto a temas problemáticos. Las críticas duras se las dejó Schröder a otros países, por ejemplo a EEUU.

Pero es dudoso que, por lo menos a corto plazo, se cumpla el principio de "lograr cambios a través del comercio". El número de detenciones y ejecuciones demuestra más bien lo contrario. En 2004 fueron ejecutadas en China, de acuerdo con cifras de Amnistía Internacional, unas 3400 personas, la mayor cifra del mundo en un solo país. Otras 310.000, agrega AI, fueron enviadas a "prisión administrativa" y el número de presos políticos aumenta sin cesar.

Angela Merkel, la designada sucesora de Schröder, tomó posición con respecto a China ya el 10 de octubre de este año, el día en que se dio a conocer que iba a ser la nueva jefa de gobierno. En su primera conferencia como canciller designada, Merkel dijo que da gran importancia al comercio con China y que garantizará la continuidad de la política exterior alemana: una clara señal de la continuación de las relaciones germano-chinas como hasta ahora.

Los conservadores, más pro estadounidenses

¿Se puede esperar entonces que un gobierno conservador adopte no obstante una posición más crítica con respecto a los derechos humanos en China? Expertos, como el profesor chino Gu Xuenwu, que da cátedra en Alemania, opinan que gobiernos conservadores son más pro estadounidenses que gobiernos socialdemócratas. Por ello vaticina un giro de la política exterior alemana más hacia las posiciones de EEUU.

El presidente alemán, Horst Köhler, advirtió al sector privado alemán que "cuando nos confrontamos con flagrantes violaciones de los derechos humanos, hay que estar dispuesto a renunciar a relaciones comerciales". Preguntado hoy por el diario General-Anzeiger, de Bonn, si ello se aplicaba también a China, contestó que "los derechos humanos inalienables tienen vigencia universal".

Wolfgang Schäuble, experto democratacristiano en cuestiones de política exterior, calificó efectivamente un levantamiento unilateral del embargo de armas a China por parte de la UE de "pesadilla" para las relaciones de la Unión Europea con EEUU. "Los chinos creerían que pueden dividir a la UE de EEUU", agregó.

No obstante, por otro lado, una mejora de las relaciones germano-norteamericanas no tiene por qué significar automáticamente un empeoramiento de los contactos con China. El futuro próximo lo dirá.

Primera visita después de diez años

Hu, quien es también secretario general del Partido Comunista Chino, inicia su gira europea hoy en Londres, donde es recibido por la reina Isabel II y el primer ministro Tony Blair. Durante la estancia de Hu en Londres se firmarán varios acuerdos de cooperación entre China y Gran Bretaña.

La visita a Alemania será la primera de un jefe de Estado chino a este país en diez años. En Berlín, Hu se entrevistará con el canciller saliente, Gerhard Schröder, y con su sucesora, Angela Merkel.

A partir del 13 de noviembre, Hu realizará una visita de Estado de dos días a España. Después de su gira europea, Hu viajará a Corea del Sur para participar en la reunión cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se llevará a cabo en la ciudad de Busan el 18 y 19 de noviembre.