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Honduras: ¿un mero paliativo contra la corrupción?

Martin Reischke
3 de mayo de 2018

En Honduras, ha sido imposible avanzar en la lucha contra la corrupción. La misión de apoyo se quedó sin dientes y se reprocha falta de respaldo al secretario general de la OEA.

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Honduras Proteste
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Antonio

En Honduras, parece que la lucha contra la corrupción ya terminó antes de haber empezado. En febrero de este año renunció Juan Jiménez Mayor, el jefe de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), ante la falta de respaldo de Luis Almagro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), entidad de la cual nació la MACCIH. En una carta al Presidente Hernández, Almagro había lamentado la falta de resultados de la misión en los últimos dos años.

Pocos meses antes, la MACCIH junto con la fiscalía hondureña había denunciado la existencia de una red de corrupción en el Congreso hondureño. Como consecuencia, el mismo Congreso aprobó una ley que le quita la potestad de investigar a funcionarios públicos tanto a la fiscalía como a la MACCIH, dejando sin dientes a la misión internacional.

"Con esta ley se demostró que la institucionalidad hondureña no está diseñada para que sea auditada”, opina la periodista independiente Jennifer Ávila. "Es triste, porque nosostros como periodistas también vimos alguna esperanza en tener una misión como la MACCIH, ya que ha sido muy difícil investigar y llegar a las estructuras de poder.”

El ejemplo de Guatemala

Cuando los guatemaltecos tomaron las calles en 2015 y lograron destituir al entonces Presidente Otto Pérez Molina, Honduras siguió el ejemplo del país vecino, aunque con resultados muy diferentes. Ante varios casos de corrupción, entre ellos el desfalco millonario al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), miles de hondureños se manifestaron en las calles. Exigieron que se instalara un ente similar a la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) en Honduras, y lo que lograron fue la creación de la MACCIH. Sin embargo, los hondureños siempre tuvieron sus dudas sobre el funcionamiento de la misión. "Es un paliativo, como una pastilla para el dolor sin quitar la enfermedad realmente”, dice Ávila.

Juan Jiménez
Juan Jiménez reprocha falta de apoyo.Imagen: Reuters/J. Cabrera

Era de esperar que el sistema contraatacara: Igual que en Guatemala con el "pacto de corruptos”, también en Honduras la vieja estructura política se autoprotege con la ley que le quita la potestad de investigar a funcionarios públicos a la MACCIH. Lo que sí sorprende es la falta de apoyo que Jiménez reprochó al secretario general de la OEA. "Creo que Almagro representa los intereses de algunos países que no quieren que la MACCIH sea un un precedente”, opina Joaquín Mejía, abogado e investigador del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC), un think tank de los jesuitas. "Son países como México con debilidad institucional y altos índices de corrupción e impunidad”, indica. En una reciente entrevista con la cadena CNN, dos ex integrantes de la misión, el exprocurador Julio Arbizu y el exjuez internacional Daniel Urrutia, denunciarion un supuesto acuerdo de Almagro con el Presidente Juan Orlando Hernández.

Fin de la indiferencia

Después de la salida de Juan Jiménez Mayor, se nombró a Luiz Antonio Guimarães Marrey, ex Fiscal General de Sao Paulo, como nuevo jefe de la MACCIH. Sin embargo, no hay mucha esperanza de que pueda avanzar el trabajo de la misión.

A tres años de las masivas manifestaciones por el caso del desfalco del IHSS, los logros son pocos. "Eran convocatorias desde la rabia que sentía la gente, y sirvió para llamar la atención sobre un tema”, dice la periodista Jennifer Ávila. "Creo que ahora el movimiento está empezando a madurar, ya estamos ante una ciudadanía que no está tan indiferente.” Eso se demostró después de las elecciones presidenciales en noviembre cuando miles de manifestantes paralizaron el país durante semanas para exigir la renuncia del Presidente Hernández.

Si ahora ya no se ven grandes manifestaciones en las calles, se debe a que la gente tiene miedo, según Ávila: "Son temores muy fundados, porque Honduras se ha convertido en un lugar muy oscuro.” Según el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Honduras, una 30 personas han muerto en el marco de la crisis post-electoral. Sin embargo, para Ávila todavía hay esperanza: "Creo que la gente se está organizando, y en algún momento el movimiento va a volver a subir.”