¿Hace falta el caníbal en la cartelera?

Aunque la crítica concuerda en que la película en realidad habría pasado sin pena ni gloria, la cartelera del cine cambia este jueves con la ausencia de un estreno: Butterfly de Martin Weisz que en Alemania se habría llamado Rohtenburgo.

El Tribunal Superior Regional de Fráncfort la prohibió, dando la razón a Armin Meiwes, el llamado caníbal de Roteburgo, en quien está inspirado el filme. Éste había presentado querella porque la película "vulneraba sus derechos personales".

Ganador, con juicio pendiente

El caníbal de Roteburgo ganó esa esta batalla judicial, aunque todavía está pendiente de una sentencia. El segundo juicio contra este ingeniero que se comió a trocitos a un congénere "por amor" comenzó el pasado 12 de enero ante la Audiencia Provincial de Fráncfort, después de que el Tribunal Federal Supremo ordenara reabrir el proceso, porque la fiscalía había presentado una apelación.

Material para el terror

La Audiencia Territorial de Fráncfort consideró que los derechos personales del caníbal de Roteburgo real pesan más que la libertad de expresión a través del arte y del cine. "Aunque el caníbal de Roteburgo real, Armin Meiwes, con su hecho sin precedentes ha generado una gran atención mediática, no significa que deba permitir que se le convierta en tema de una película de terror", argumentó el juez.

Libertad artística amenazada

Por su parte, los representantes de la distribuidora de la película, Senador Films, se mostró consternada por la decisión del tribunal. Esto tiene efectos terribles para el ramo, declaran y argumentan que no es compatible con la Constitución el que se prohíba el tratamiento artístico de personajes contemporáneos y se le dé la razón a la avaricia de ciertos personajes. El caníbal de Roteburgo aduce que es él el dueño de su historia, es decir, que él puede vender los derechos de representarla.

El productor del filme, Marco Weber, sostenía, sin embargo, que la película sólo estaba inspirada en este caso que conmocionó a Alemania y no basada en él. Sin embargo, aunque se han cambiado los nombres de los protagonistas, la historia es exactamente la misma que en el caso real.

Claro está que, en contra de lo que pretendía el Tribunal de Fráncfort, la prohibición será la mejor campaña de publicidad en otros países para una película que hubiera pasado sin que nadie lo notara.

El caso real

Meiwes fue condenado en enero de 2004 a ocho años y medio de prisión por homicidio tras confesar haber matado a Bernd Jürgen Brandes, de 43 años. Éste había viajado de Berlín a la pequeña localidad de Roteburgo para dejarse matar y comer por Meiwes. El caníbal alemán cortó primero el pene a su víctima y lo pasó por la sartén para comérselo juntos, tal y como se lo había pedido Brandes.

La antropofagia no está tipificada

Cuando éste agonizaba lo remató a cuchilladas, lo destripó, lo descuartizó y enterró algunos trozos en el jardín, mientras otros los congeló y se los comió en días posteriores. El antropófago, de 44 años, no pudo ser juzgado por canibalismo, ya que esta práctica no está tipificada como delito en Alemania.

Butterfly que en Alemania hubiese salido bajo el nombre de Rohtenburg, haciendo alusión tanto al lugar del crimen, Roteburgo, como a roh de crudo.