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Hablar como un alemán

Muchos extranjeros desean aprender alemán y dominarlo como los nativos, pero ¿es un deseo razonable o un esfuerzo innecesario? ¿Cómo valoran los alemanes las diferentes pronunciaciones de su idioma?

No todos los extranjeros tienen el mismo acento al hablar alemán, sobre todo, si se tiene en cuenta cómo los alemanes lo evalúan: feo o bonito dependiendo de la procedencia del hablante. Esto es lo que señala una encuesta realizada por el Instituto del Idioma Alemán en Maguncia. A los alemanes les gusta mucho el acento francés, seguido con diferencia del italiano. Al 14% de los encuestados no les gusta el ruso y el 10% cree que el marcado acento turco no suena bien. Casi la mitad de los encuestados coincide en que no hay ningún acento que les parezca poco simpático. Solo a una quinta parte de los participantes en el estudio no le gusta ningún acento.

Acento y carencias

Los expertos recalcan que, en principio, no se valora negativamente hablar alemán con acento, sobre todo en hablantes de ciertos idiomas. “Los acentos dentro del contexto migratorio tienen una imagen negativa, es decir, cuando se trata de idiomas típicos de inmigrantes”, dice la doctora Katharina König, del Instituto de Germanística de la Universidad Wilhelm en Münster, quien estudia los acentos del alemán.

Con frecuencia, los nativos alemanes consideran que una persona con acento puede carecer de ciertas competencias en otros ámbitos. Lo que puede conllevar no tener acceso a la vida laboral o a un ascenso de trabajo. Pero esto no solo sucede en Alemania, sino que es un fenómeno mundial, como confirma la catedrática Brigitta Busch, profesora de Lingüística Aplicada, en la Universidad de Viena. “En Sudáfrica, por ejemplo, siguen imperando ideas sobre ciertos grupos incluso tras el fin del Apartheid. Así, un anuncio de trabajo va dirigido a gente “con acento normal”, que “se entiende como la forma de pronunciar el inglés extendida entre los blancos”.

Cursos de alemán para extranjeros.
Cursos de alemán para extranjeros.null picture-alliance/dpa/G. Fischer

La gente que aprende otros idiomas tiene buenos motivos para intentar hablarlos “sin acento” como, por ejemplo, la meta de a corto o largo plazo no llamar la atención porque habla “diferente”. Sin embargo, muchos no reaccionan así. Por ejemplo, algunos niños de ascendencia polaca que crecen en Alemania. “Los chicos usan conscientemente el acento polaco. Así demuestran a qué grupo pertenecen, se sienten orgullosos de su identidad y no quieren esconderla. Esto es solo posible, porque se sienten aceptados por la sociedad mayoritaria”, dicen las investigadoras Joanna Błaszczak y Marzena Żygis, del Centro de Lingüística General en Berlín.

İnci Dirim, catedrática de la Universidad de Viena, cree por el contrario que puede tratarse de una estrategia de resistencia contra la discriminación lingüística.

¿Quién habla normal?

Controvertida es la tematización de la correcta pronunciación en las clases de alemán para extranjeros. No cabe duda de que la meta es que lo que se diga sea ententido sin problemas. La lingüista Ingrid Hove, de la Section d'allemand, de la Universidad de Lausana cree que los estudiantes deben “dominar los estándares del idioma ya sea para desenvolverse bien en las entrevistas de trabajo o con los futuros suegros”. Dirim, en cambio, cree que los inmigrantes deberían poder conservar su propio acento. “Hay muchos acentos dentro del alemán. Se puede reconocer por regla general a alguien de Viena, Sajonia o Hamburgo. ¿Por qué tienen los extranjeros que asimilarlo hasta la perfección en vez de expresar de dónde proceden a través del acento?”, explica la profesora.