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Günther Wallraff: el periodista indeseable

Eva Usi10 de agosto de 2007

El polémico escritor alemán Günther Wallraff, conocido en Alemania por sus audaces iniciativas para denunciar la injusticia que sufren las minorías y los trabajadores, visitó la Deutsche Welle.

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El periodista indeseable, admirado por unos, odiado por otros.
Günter Wallraff, responde a compañeros de oficio, en la central de la Deutsche Welle.Imagen: DW/F.Craesmeyer


El escritor y periodista Günther Wallraff, librero de profesión, llegó al periodismo por casualidad. Como objetor de conciencia logró evitar ser enviado al ejército pero fue obligado a trabajar en el pabellón psiquiátrico del ejército alemán en Koblenza. Aquellas experiencias fueron claves y publicadas bajo el título “Bundeswehr- Tagebuches”, (diario en el ejército alemán). A partir de entonces Wallraff decidió seguir investigando la realidad alemana desde dentro, pero sobre todo, desde abajo.

A mediados de los años 60 trabajó en grandes empresas, entre ellas en una metalúrgica de Thyssen, adoptando identidades falsas. De ahí surgió una serie de reportajes que publicó inicialmente el diario sindical de la industria metalúrgica, Metall y fue después publicada como libro. “Industriereportagen”, mostró el inframundo laboral existente en la rica Alemania occidental. “Desde entonces me interesé en abordar las condiciones en las que mucha gente trabaja en Alemania”, dice el laureado escritor en conversación con periodistas en la sede de la Deutsche Welle, en Bonn.

Alto horno del gigante metalúrgico Thyssen, en Duisburgo.
El inframundo laboral contrastaba con la rica Alemania de la posguerra.Imagen: AP

Conciencia del periodismo

Esos reportajes encontraron un gran interés en la opinión pública alemana y provocaron una profunda irritación en las empresas afectadas, que advirtieron a los departamentos de personal de otras compañías en donde el reportero pudiera infiltrarse. Pero Wallraff siguió penetrando las entrañas de la industria y del Estado para denunciar sus escandalosas condiciones de trabajo y escleróticas jerarquías. “Pluma del mal” le llamó el diario sensacionalista Bild por su trilogía, en donde, haciéndose pasar como Hans Esser, trabajó en una redacción local de dicho diario y denunció los sucios métodos utilizados en sus investigaciones periodísticas. Wallraff se convirtió en los años 70 y 80 en la voz de la conciencia del periodismo alemán.

Buchcover Günter Wallraff Ganz unten
Cabeza de Turco, en alemán, Ganz Unten.

Su obra Cabeza de Turco, en donde relata sus experiencias disfrazado como trabajador turco, causó una verdadera conmoción. En 1983 Wallraff se puso unos lentes oscuros, un bigote y una peluca y adoptó un rudimentario alemán al hacerse pasar por Ali, un inmigrante turco dispuesto a hacer cualquier cosa para poder sobrevivir. Trabajó en empresas como McDonalds, Gerling y Thyssen, se sometió a peligrosos experimentos con medicamentos. Esas desagradables experiencias, el tono discriminatorio que sufrió al hacerse pasar por extranjero, las violaciones a las más elementales leyes laborales, así como los trucos para evadir impuestos por parte de estos grandes consorcios al emplear trabajadores extranjeros, fueron publicados en el libro, que después fue presentado en un documental. “Ganz Unten”, como se titula en alemán, se convirtió en el mayor best-seller de la posguerra.

Call Center
Wallraff desenmascaró los turbios negocios de empresas apoyadas por la industria telefónica.Imagen: dpa

Call Center: sexo telefónico

En el 2007 volvió a las investigaciones bajo camuflaje, trabajando en un Call Center que ofrece servicios de sexo telefónico. Adoptó la identidad de un adolescente de 16 años para desenmascarar las prácticas en este tipo de empresas. “Estas empresas molestan a la gente, llaman incluso a personas mayores, me percaté de que toqué un nervio delicado de un lobby liderado por la industria telefónica, pero a raíz de eso las autoridades están tomando cartas en el asunto” afirma el periodista. Wallraff describe cómo le pagaban 6 centavos por mensaje enviado por celular (SMS), y debía enviar unos 65 mensajes por hora, un servicio que a los usuarios cuesta entre 1,49 y 1,99 euros por mensaje. ¿Han intentado alguna vez escribir un largo mensaje telefónico (celular) en menos de un minuto? Al parecer hay que tener un talento lingüístico e imaginación para escribir cada 30 segundos a un nuevo cliente, con distinto perfil y nivel de erotismo.

Demonstration gegen geplante Großmoschee in Köln
El proyecto de construcción de una gran mezquita en Colonia ha provocado una fuerte polémica.Imagen: picture alliance/dpa

Wallraff y el Islam

Su obra ha sido traducida a 35 idiomas. Su estilo audaz e investigativo se ha convertido en un término asociado con su nombre. "Wallraffa", llaman en Suecia esa forma poco ortodoxa en el ejercicio del periodismo.

“Wallraff ha vuelto”, se leía hace unos meses en los titulares de la prensa. El periodista desató una nueva polémica al sugerir que los Versos Satánicos del escritor iraní Salman Rushdie fueran leídos en una mezquita de Colonia, ubicada a dos calles de donde vive el periodista. “No es ninguna idea descabellada”, sostiene el escritor, que afirma tener amistades turcas en su vecindario. “Ya he discutido sobre los textos de Rushdie con amigos turcos y no son considerados por ellos como blasfemos”, dice. Wallraff sostiene que hay una nueva generación musulmana en Alemania, en Europa, y que en el futuro habrá una identidad musulmana europea.