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"Efectos secundarios"

4 de febrero de 2011

La creación de un gobierno económico en Europa, que posibilite una armonización de las condiciones para los miembros de la UE no dejaría de tener consecuencias, opina la prensa.

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Sarkozy y Merkel: ¿podrán salvar el euro?Imagen: AP

Die Presse, de Viena: “Todos deberían dar la bienvenida a un gobierno económico europeo que estableciera una base económica común para lograr estabilidad presupuestaria, bienestar sostenido y condiciones justas para todos los miembros de la Unión Europea. Pero todos los que desean ese gobierno deben tener en claro que ese organismo de vigilancia y coordinación conjunta también tendrá efectos secundarios. Producirá, seguramente, el mayor recorte de competencias de las economías nacionales desde la introducción del mercado común europeo. Y sólo funcionará si está unida a un sistema inmanentemente democrático de controles y equilibrios. Lo que Merkel y Sarkozy tienen en mente es un gobierno económico ejercido por los jefes de Gobierno de la UE. Berlín y París quieren traspasar la tarea de regirse a sí mismos a los delincuentes causantes de la crisis, algo totalmente absurdo.”

“Evolución positiva del Gobierno alemán”

Le Monde, de París: “Aún cuando la expresión ‘gobierno económico' suene demasiado francesa a oídos alemanes, se trata justamente de eso: el planeado ‘Pacto para la competitividad económica' deberá, al menos en la eurozona, e idealmente, en toda la Unión Europea, impulsar una serie de medidas que conducirían a equiparar la política salarial y la imposición tributaria a empresas, y a seguir desarrollando los sistemas jubilatorios. Si se recuerda la cautelosa reserva que demostró Angela Merkel hace un año, cuando había que ayudar a Atenas, hay motivo de satisfacción ante la evolución que ha tenido el Gobierno alemán.”

“Prestar atención a países con problemas”

NRC Handelsblad, de Amsterdam: “Los países del norte de Europa deben tener cuidado de que la brecha que los separa de los del sur europeo no se amplíe demasiado. Se ha vuelto común presentar a los Estados del sur de la Unión Europea como si fueran un grupo de despilfarradores e irresponsables al que el norte europeo debe disciplinar. Sin embargo, para lograr el éxito de cualquier empresa, es necesaria la colaboración de todos. A nadie ayuda una actitud triunfalista y polarizadora. Sería una lástima que, por culpa de la fragmentación política, se obstaculizara un nuevo salto cualitativo en la cooperación europea. El que paga, ordena, es verdad. Pero a los países con problemas no se les debería prohibir la palabra.”

“Merkel y Sarkozy, unidos para salvar el euro”

El Periódico, de Barcelona: “(…) Peleas de política interior al margen, a lo que vino ayer a Madrid la cancillera fue a avanzar lo que hoy planteará a los socios comunitarios en Bruselas. En román paladino: si Alemania ha de sufragar la mayor parte de la ampliación del fondo de rescate anticrisis, quiere que los miembros de la UE cumplan cuatro exigencias: retraso de la edad de jubilación, armonización fiscal, vinculación de los salarios a la competitividad y plasmación en la Constitución o en la ley de un techo de déficit. (…) Merkel y Sarkozy se han comprometido a salvar el euro, para lo que es necesaria la coordinación de las políticas económicas y ser competitivos en un mundo globalizado. Como la pertenencia al euro impide ganar competitividad mediante la devaluación, si queremos seguir en la moneda única, habrá, pues, que conseguirla por otras vías.”

CP/ dpa

Editora: Emilia Rojas-Sasse