Francia se pronuncia

Los franceses están cumpliendo la promesa de depararnos un domingo lleno de suspenso. El propio director de una empresa de sondeos de opinión, Roland Cayrol, del instituto CSA, declaró al periódico "Le Parisien" que esta noche puede haber una sorpresa, refiriéndose a que no se puede dar por seguro el triunfo del 'Non' a la Constitución europea que vaticinan las encuestas. Habrá que esperar hasta entrada la noche para conocer las cifras que mantienen en vilo no sólo al gobierno del presidente Jacques Chirac sino también a sus vecinos. Pero, para el caso de que se cumplan los pronósticos, diversos políticos europeos ya han comenzado a ponerse el parche antes de la herida.

Calmando los ánimos

Por ejemplo, el Comisario Günter Verheugen intenta tranquilizar, afirmando que un rechazo francés a la Constitución europea no lanzará a la organización a una amplia crisis. A su juicio, si triunfa el 'non', "la UE no tiene por qué verse afectada en otros campos" e incluso puede ocurrir lo contrario. Su argumento es que, en tal situación, muchos de los principales actores querrán demostrar que la Unión Europea sigue funcionando y dejarán de utilizar a Bruselas como chivo expiatorio para sus propios problemas nacionales.

También el jefe de la bancada socialista del Parlamento Europeo, Martin Schulz, se mostró sereno. Hizo notar que los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea se reunirán cuando cuatro quintas partes de los países miembros hayan ratificado la nueva Carta Fundamental, para analizar los pasos a seguir. Él parte de la base de que más de 20 aprobarán la constitución y no descarta en absoluto que, donde ello no se haya logrado, la población vuelva a ser convocada a las urnas.

La gravedad del asunto

Sin embargo, pese a que sin duda la Unión Europea no se desmoronará con una eventual negativa francesa a la Constitución, tampoco se debería restar gravedad a la situación. El jefe de la comisión del parlamento alemán para asuntos de la Unión Europea, el democristiano Matthias Wissmann, considera que un 'non' desatará una crisis de considerable seriedad. En su opinión, sin Francia comenzaría a ahogarse el motor de la UE. En este sentido, puntualizó que las actuales normativas no bastan para garantizar el funcionamiento eficiente y opinó que, por un tiempo previsible, quedaría suspendido el proceso de ampliación.

Los franceses tienen hoy la palabra. Pero no son, ciertamente, los únicos que pueden torpedear el proyecto constitucional. También los holandeses acudirán a las urnas el próximo miércoles, con resultado incierto. Y dos rechazos consecutivos representarían sin lugar a dudas un golpe dramático para la Constitución europea.