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¿Exagera la app de COVID-19 alemana con protección de datos?

Andreas Becker
17 de diciembre de 2020

La aplicación alemana para el rastreo de contagios no lo tiene fácil. Muchos desconfían de ella. Otros dicen que esa aplicación sería más potente si no tuviera tan en cuenta la protección de datos.

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Corona Warn App - erhoetes Risiko
Imagen: Zacharie Scheurer/dpa/picture alliance

Lo admito de antemano: yo mismo uso la aplicación alemana "Corona-Warn”, que permite registrar los contactos que tuve con personas diagnosticadas con COVID-19. Por lo general, trabaja silenciosamente. Incluso cuando apago el Bluetooth de mi móvil, no se queja. En este caso la aplicación ya no puede determinar si hay otros usuarios de la app en la cercanía.

En Alemania, la aplicación ha sido descargada casi 24 millones de veces, señala el Instituto Robert Koch (RKI). En vista de los 83 millones de habitantes, no es una cifra insignificante.

Pero es menos del alcance que podría tener. Según encuestas, más de la mitad de los alemanes estarían dispuestos a usar la aplicación. Después de todo, se supone que ayuda a romper las cadenas de infección. Y, mientras más gente use la aplicación, mejor puede funcionar esta.

Pero incluso de los casi 24 millones de personas que han descargado la aplicación, solo una parte la está usando correctamente. Al menos eso es lo que sugiere el número de pruebas positivas de coronavirus que los usuarios reportan a la aplicación.

Según el RKI, un promedio de alrededor de 2200 personas hacen esa notificación cada día. Dado que hay entre 20.000 y 30.000 nuevas infecciones en Alemania cada día, eso no constituye ni siquiera una de cada diez personas. Sin embargo, esta información es esencial para que la aplicación funcione, porque solo de esa manera puede alertar a otros usuarios.

Contactos de riesgo

Hasta ahora, la aplicación me ha avisado una sola vez por medio de una señal de alerta, en rojo, sobre un mayor riesgo de infección. Primero me mostró uno, después tres encuentros de riesgo, todos en el mismo día. La ubicación y la hora permanecieron desconocidas, y no había información sobre los infectados.

Smartphone mit Corona Warn-APP
Imagen: picture-alliance/H. Dittrich

El día en cuestión, la única causa pudo haber sido una visita a un restaurante. Probablemente, los tres clientes de la mesa de al lado también eran usuarios de la aplicación y, tras dar positivo en la prueba de COVOID-19, compartieron los resultados con la aplicación.

Junto con esa advertencia, recibí la recomendación de hacerme la prueba del COVID-19. Los médicos y los centros de pruebas solo necesitan la advertencia de la aplicación para realizar la prueba de forma gratuita. El resultado llegó dos días después, también a través de la aplicación.

Si la prueba hubiera sido positiva, la aplicación habría podido alertar a todos los que habían tenido contacto conmigo en los días anteriores, aunque solo fuera sentándose cerca de mí en el tren. Por supuesto, el prerrequisito para esto es que yo también comparta el resultado de la prueba a través de la aplicación.

Sin embargo, según el RKI, solo la mitad de todos los usuarios de la aplicación que están infectados lo hacen (el 54 por ciento). La versión actual 1.7 ahora trata de animar a los usuarios a compartir su resultado positivo a través de múltiples recordatorios.

Investigando a los que no usan la aplicación

En un estudio aún no publicado, los investigadores de la Universidad Goethe, de Fráncfort del Meno, han estudiado por qué muchas personas, a pesar de tener una actitud positiva hacia la aplicación, no la usan.

"La falta de información y malentendidos son las principales razones por las que muchas personas que tienen una actitud positiva hacia la aplicación no deciden descargarla", dice la coautora Valerie Carl a DW. "Muchos tienes dudas sobre la protección de los datos personales, el temor de que la aplicación se utilice para vigilar a la población, que los datos no sean anonimizados, o que se acceda a datos privados en el teléfono".

Muchos alemanes temen que la aplicación se utilice para vigilar a la población.
Muchos alemanes temen que la aplicación se utilice para vigilar a la población.Imagen: picture-alliance/HMB Media/H. Becker

La aplicación no hace nada de eso, ni crea perfiles de movimiento a través del GPS. Los investigadores concluyen que una mejor información, especialmente acerca de los altos estándares de privacidad de la aplicación, podría conducir a una mayor aceptación y a un uso más asiduo.

Contra los "fetichistas” de la protección de datos

Sin embargo, también hay un número cada vez más grande de personas que exigen una menor protección de los datos en la lucha contra el coronavirus. "Ahora debe tratarse de proteger eficazmente la vida y la integridad física de las personas, en lugar de hacer felices a los fetichistas de la protección de datos de nuestro país", sostiene, por ejemplo, el diputado del Parlamento alemán Christoph de Vries (CDU).

También en los debates en televisión hay llamadas a que se cuente con una aplicación que pueda crear perfiles de movimiento del usuario. Como ejemplo sirven países asiáticos como Taiwán y Corea del Sur, en los que se consiguió controlar la pandemia sin necesidad de cerrar sectores económicos enteros.

La aplicación como chivo expiatorio

Sin embargo, esos ejemplos son, en realidad, producto de un malentendido de los métodos utilizados en dichos países, dice Markus Beckedahl, fundador de la conferencia digital "re:publica”. Corea del Sur, por ejemplo, utilizaría el rastreo para vigilar el cumplimiento de la cuarentenade 14 días, que no se vigila debidamente en Alemania.

"En Corea del Sur observan muy de cerca si alguien sale de su casa con tu teléfono móvil, o si hace compras en algún lugar con tarjetas de crédito. Es ese caso, se aplican severas sanciones", cuenta Beckedahl.

Según Beckedahl, el problema es otro: "La culpa es del sistema, y del hecho de que todavía tenemos infraestructuras análogas en partes de nuestro sistema de salud". Por ejemplo, la comunicación entre las autoridades sanitarias y los laboratorios sigue realizándose en parte por fax, lo que provoca grandes retrasos, sostiene el experto. "Deberíamos dejar de culpar a la protección de datos por todos los errores cometidos durante la pandemia", exige Beckedahl.

(gg/cp)