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Evian:¿un foro mundial?

3 de junio de 2003

El papel preponderante de Estados Unidos, al igual que la iniciativa francesa de invitar a líderes del Tercer Mundo a Evian, son los aspectos centrales en el balance de la cumbre del G-8 que hace la prensa europea.

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Todos juntos en la cumbre de Evian.Imagen: AP

El diario parisino Le Figaro analiza la estrategia francesa en Evian en los siguientes términos: "El imperio estadounidense no tiene competidores, al igual que ocurrió otrora con el imperio romano. Pero, aun así, el presidente francés, Jacques Chirac, reunió en Evian otro mundo, ante la presencia del presidente George Bush. Además de los tradicionales participantes de las cumbres del G-8, Francia invitó a otros 11 huéspedes. Ellos representan a los grandes batallones de la humanidad. Chirac quiere demostrar que su rechazo a la intervención militar contra Irak no se debió a un mero antiamericanismo. Francia desarrolla una estrategia que encuentra acogida en muchas naciones y que apunta hacia un orden mundial multipolar. George Bush escuchará a Chirac. Pero probablemente no lo comprenderá".

¿Alternativa a la ONU?

El periódico español El Mundo no considera sensato pensar en ampliar el Grupo de los 8 y apunta: "La gran innovación en la cumbre del G-8 fue el gesto de cooperación con los países en vías de desarrollo, cuyos líderes tuvieron la posibilidad de compartir la mesa con los poderosos. Se dice ya que el Grupo de los 8 comienza a transformarse en un G-20. Pero tales fórmulas son absurdas. La ampliación del antiguo G-7 indica que la ONU ha fracasado como foro efectivo de la comunidad internacional. Pero la Organización de las Naciones Unidas podría ser reformada, por ejemplo, aboliendo el derecho a veto. Semejante reforma sería más sensata que derivar en un club del G-8 o G-20, en el que no hay reglas".

Oportunidad desperdiciada

El rotativo alemán Stuttgarter Zeitung no se muestra satisfecho con los resultados de la cumbre: "Precisamente en vista de las dificultades políticas y económicas de estos tiempos, el círculo de los grandes desperdició una oportunidad. Quedó debiendo la prueba de que los jefes de Estado vuelven a hacer causa común. Los apretones de mano exhibidos y las fotos en grupo no pueden ocultar que siguen existiendo grandes diferencias en asuntos fundamentales. La puesta en escena planeada por Chirac, que quiso presentar la cumbre como una especie de foro mundial, resultó a fin de cuentas una farsa".

Cumbres anacrónicas

En Londres, el Financial Times opina que las cumbres del G-8 deberían ser reestructuradas: "Estos encuentros tienen entretanto algo de anacrónicos. El mundo se ve enfrentado a graves problemas económicos. Pero no parece que los países del G-8 puedan resolverlos. Estas cumbres se han convertido paulatinamente en un escaparate de la creciente frustración de los descontentos".

El éxito de Bush

El periódico suizo Berner Zeitung destaca, finalmente, el papel preponderante de Estados Unidos: "El presidente estadounidense, George W. Bush, dejó en claro quién es el que manda en la política mundial. El jefe de la Casa Blanca no necesitó ni 24 horas para lograr lo que quería: en la cumbre de Evian, el G-8 lanzó una severa advertencia a Irak y Corea del Norte por sus programas nucleares. Además, las principales potencias económicas y Rusia están dispuestas a cooperar en la reconstrucción de Irak. Eran las tres demandas centrales que había planteado previamente Bush".