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Eva y el presidente

DW WORLD11 de octubre de 2007

El presidente de Francia y la controvertida ex conductora de televisión Eva Herman ocupan a la prensa europea este jueves.

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Nicolas Sarkozy, durante su gira a Rusia.Imagen: AP
El periódico Le Journal de la Haute-Marné, de Chaumont, aborda el viaje del presidente francés a Rusia : « Era de esperarse. La tosudez de Vladimir Putin logró desgastar a la fuerza de voluntad de Nicolas Sarkozy. El presidente ruso quiso mantenerse como soberano en tierra propia. No cedió en ninguno de los temas que causan controversia, en especial el que se refiere al programa atómico de Irán. Y en lo que respecta a los derechos humanos, escuchó a su invitado con toda la impasibilidad que le caracteriza. Desde hace años, el presidente ruso cosecha puntos en el terreno internacional. Le resulta más fácil, en la medida que los excedentes de gas y petróleo fortalecen a la economía rusa. Sabe que sus aliados de Europa occidental lo necesitan más que él a ellos. »

Temperamento sensible

En Italia, La Stampa escribe sobre el mismo tema : « Es difícil caerle bien a estos rusos; son tan sensibles como en los tiempos del antiguo ministro de Asuntos Exteriores Andrei Gromyko. Porque fuera de pasar del Usted al Tú, poco es lo que consiguió el presidente francés en Moscú. La conferencia de prensa conjunta se caracterizó por su frialdad. En cuanto al tema principal (Irán), Sarkozy intentó sonar conciliatorio: ‘Tengo la impresión de que nuestras posiciones se han acercado’, dijo. Pero esta impresión fue unilateral. Putin, impasible, respondió: ‘No tenemos ninguna información en el sentido de qwue Irán planee construir una bomba atómica.’ Es una posición totalmente contraria a la del francés, que quiere amenazar con bombas y sanciones”.

El otro personaje

El Leipziger Volkszeitung, de Leipzig, se pronuncia sobre la conrtrovertida ex conductora de televisión Eva Herman, a quien se acusa de proferir simpatías a los nazis, por lo cual fue expulsada de un programa de televisión transmitido en vivo: “El cándido Johannes se encontró con la ingenua Eva. El moderador de la cadena ZDF logró acaparar una cuota de audiencia importante, pero en lo personal no ganó ni un solo punto. ¿En realidad pensaba Johannes B. Kerner que la nueva y autodenominada matrona de la nación iba a abandonar su encanto y revertir sus crudas afirmaciones sobre el nacionalsocialismo? Quien invite a Eva Herman al estudio de un talk show sabe muy bien a qué se atiene; asimismo, debe procurar conducir con soberanía la conversación, y pedir a sus otros invitados que no se concreten a girar la cabeza sino a elevar el nivel de la discusión. El por lo general versado Kerner no consiguió una cosa ni la otra. Taladró cada vez más profundo en el Tercer Reich, allí condujo a una Eva Herman totalmente abrumada, y no logró abordar el punto central de la invitación.”

Hambrientos de audiencia

Desde Hannover, el Neue Presse manifiesta la siguente opinión: “Es seguro que Herman no es una simpatizante nazi. Pero una profesional en los medios de comunicación debe saber en qué se mete cuando menciona en público las autopistas construidas en la era de Hitler; y eso, tanto entre quienes la rechazan como entre quienes la celebran. Si se hace un repaso de lo que ella ha escrito o dicho en los últimos meses, es claro que podemos esperar más incidentes de estos. Ello aplica también para el conductor Johannes B. Kerner y su equipo de redactores. Todos, seguramente, estaban bien armados para provocar más desvaríos. Y, claro, también ansiosos por lograr una abultada cuota de audiencia.”