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Estudiantes al timón del museo

Janine Albrecht
24 de febrero de 2017

Un museo que sea interesante también para los jóvenes: esa es la idea del proyecto de la casa de los Buddenbroock en Lübeck. Con el lema “Literatura como aventura”, estudiantes ayudan a diseñar las exposiciones.

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Tillmann Lahme y un grupo de estudiantes en la sala de conferencia del museo.
Tillmann Lahme y un grupo de estudiantes en la sala de conferencia del museo. Imagen: DW/J. Albrecht

¿Por qué uno se debería interesar por la familia Mann? Expertos en literatura dirían que es una pregunta ingenua, ya que es la familia de literatos más famosa de Alemania.
Sin embargo, según el experto en la familia Mann y en historia de la literatura Tilmann Lahme, la pregunta no es necia. Más bien es una buena base para su exposición "What a family- los Mann, del 1945 hasta hoy", que abrirá sus puertas a partir de junio en la casa de los Buddenbroock en Lübeck. La idea se le ocurrió gracias a unos estudiantes de 16 y 17 años. "No sólo es una perspectiva de los jóvenes. Un turista danés que entra a la casa de los Buddenbroock tampoco va a conocer cada texto de los Mann", dice Lahme.

Restauraciones en la casa de los Buddenbroock

La casa de los Buddenbroocks en Lübeck
La casa de los Buddenbroock en LübeckImagen: DW/J. Albrecht

La casa de los Buddenbroock toma un nuevo camino en cuanto a la pedagogía de los museos. En el proyecto "Literatura como aventura” los jóvenes toman parte en la concepción de las exposiciones temporales en el edificio que se está restaurando. "Normalmente primero se planea un museo. Recién después un pedagogo camina por las exposiciones y piensa sobre las posibilidades que tiene para trabajar con los estudiantes”, dice Birte Lipinski, directora de la casa de los Buddenbroock. Para el museo los jóvenes son un público muy importante, ya que cada año lo visitan muchas escuelas. "Hay que tener en cuenta las necesidades y los intereses de los jóvenes”, opina Lipinski.

¿Quiénes eran los Mann?

Tillmann Lahme y un grupo de estudiantes en la sala de conferencia del museo.
Tillmann Lahme y un grupo de estudiantes en la sala de conferencia del museo. Imagen: DW/J. Albrecht

Una vez a la semana se encuentran ocho estudiantes de la escuela integrada St. Jürgen en la sala de conferencias del museo. En la moqueta gris hay fotos de los seis hijos de Thomas y Katia Mann. Al su lado los jóvenes notaron sus impresiones: Michael Mann era simpático, Klaus Mann era muy explosivo, pero encantador, Golo Mann parecía ser una persona torpe. "Yo antes no sabía nada sobre la familia Mann”, dice Sinan Yongaci, de 16 años. Piensa que es importante que los habitantes de Lübeck la conozcan, ya que la familia viene de esa ciudad hanseática.

Impresiones de la familia Mann de los jóvenes curadores.
Impresiones de la familia Mann de los jóvenes curadores. Imagen: DW/J. Albrecht

Sin embargo, no es tan importante que los jóvenes ya conozcan a los Mann, explica Ann Luise Kynast, coordinadora del proyecto. "Para nosotros es importante, que los jóvenes estén interesados. Ellos son los representantes de esta generación y nuestros co-curadores.”

Para Tilmann Lahme, que normalmente es el curador de las exposiciones temporales, esa situación es nueva. "Claramente a uno lo podría molestar que legos en la materia tengan influencia en la exposición”, dice Lahme.”Pero esta no es una exposición común, sino un experimento.” Él no quiere influenciar a los jóvenes, pero los apoya, especialmente en cuanto al contenido.

Interacción en vez de textos

Una maleta interactiva en la exhibición “Patria extranjera”.
Una maleta interactiva en la exhibición “Patria extranjera”.Imagen: Buddenbrookhaus/Kai Nielsen

Los jóvenes saben exactamente lo que se necesita para que una exposición sea más interesante para los visitantes: el uso de medios audiovisuales y menos texto. Ya es la segunda exposición creada por los estudiantes. En la exhibición "Patria extranjera”, los jóvenes curadores diseñaron una maleta interactiva. Los visitantes podían meter los objetos que ellos mismos hubieran empacado en caso de tener que huir. Al mismo tiempo una tablet mostraba informaciones sobre la situación de los refugiados de hoy o la familia Mann, que huyó  en 1933 de Alemania.

"Yo quiero experimentar mucho estando en un museo”, dice Emma Konrad, que junto con otros diseñó la maleta. Sinan Yongaci inventó un sistema de luces para los visitantes. "La luz ayuda dirigir a la gente por la exposición”, explica el joven. Es una idea que quieren implementar en la siguiente exhibición. Pero hasta ese entonces, los estudiantes aún tienen mucho que hacer.