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Escándalo de dioxinas: sólo la punta del iceberg

9 de enero de 2011

Alemania pidió el domingo una fuerte acción legal contra los responsables de contaminar alimentos con dioxinas cancerígenas. Por su parte la organización Foodwatch advierte que esta es sólo la punta del iceberg.

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Harles und Jentzsch: ¿Enfermizas maquinaciones de unos pocos?Imagen: dapd

La ministra de Agricultura alemana, Ilse Aigner, describe la conducta que provocó que niveles excesivos de una toxina química entraran en la alimentación animal de "acto criminal".

"Este es un gran revés para nuestros granjeros. Han sido totalmente arrastrados de forma inocente a esta situación por las enfermizas maquinaciones de unos pocos", dijo en una entrevista con el diario Bild am Sonntag.

Por su parte en declaraciones que difunde la edición dominical del "Frankfurter Allgemeine Zeitung" Aigner afirma que el escándalo fue desatado por pocas "ovejas negras" que causaron un daño económico enorme. "Vamos a tener que hablar de las consecuencias. Los causantes deberán ser responsabilizados y tendrán que pagar por los perjuicios", dice. "El poder judicial debe actuar con dureza", sostiene.

Los fiscales alemanes que investigan a la compañía responsable de contaminar piensos con dioxinas ya han dicho que pueden presentar cargos criminales contra la empresa, un distribuidor de aceites para la producción de piensos animales conocido como Harles und Jentzsch.

Por su parte el portavoz del comisario de protección al consumidor de la Unión Europea, John Dalli, informó que los fabricantes de forrajes y piensos europeos se reunirán mañana en Bruselas con la Comisión de la Unión Europea para analizar lo ocurrido. El organismo europeo aboga por una mejor separación de la producción de ácidos grasos para industria y para piensos.

A favor de la industria forrajera

La organización de protección al consumidor de alimentos Foodwatch acusó al gobierno alemán de relativizar la dimensión del escándalo y servir a los intereses de la industria forrajera.

"El gobierno alemán tiene una estrategia explícita de exportación para los productos de carne alemana, por ejemplo los productos avícolas y la carne de cerdo", dijo el gerente de la organización y ex presidente de Greenpeace Alemania, Thilo Bode.

Según Bode, el gobierno no tiene interés en lastrar más a la industria forrajera con la obligación de realizar controles propios.

Deutschland Dioxin in Lebensmittel Labor NO FLASH
Imagen: dapd

Para el fundador de Foodwatch, el escándalo actual es sólo la punta del iceberg. "Cerca del 80 por ciento de la contaminación con dioxina de la población, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra en el límite superior de lo aceptable, se produce a través de piensos".

Las dioxinas que antes se liberaban a través de las plantas incineradoras hoy se generan en la producción de alimento para animales, afirmó.

Bode, autor de libros sobre los peligros que encierran los alimentos industriales hoy en día, exigió que cada fabricante de piensos sea obligado a efectuar pruebas de dioxina de cada carga que vende y a notificar a las autoridades en caso de anomalías. "Eso sería lo único que contribuiría para acabar con la contaminación latente de dioxina en los forrajes".

El director de Foodwatch apeló al gobierno a tomar en serio el derecho a la integridad física y no servir de forma unilateral a intereses económicos. "Es una verdadera barbaridad decir que no es para tanto", criticó Bode.

Fuente: DPA/Reuters/AFP

Editor: Claudia Herrera Pahl