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Entrenando el sentido musical

25 de marzo de 2012

Todos los martes, una lección muy especial tiene lugar en la Escuela de Rock y Pop de Kiel. Esta institución privada puso en marcha un proyecto para enseñar a las personas con capacidad auditiva limitada a hacer música.

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Imagen: Ulrich Schröder

“Cuando yo tenía quince años, escuché al guitarrista Stevie Ray Vaughan tocando un blues muy lento. Eso me inspiró tanto que me hizo querer aprender a tocar la guitarra de inmediato” cuenta el treintañero Mischa Gohlke, quien nació con una capacidad auditiva muy limitada, rayando en la sordera. “Yo no tenía mucho talento y, además, tenía problemas para oír. Pero yo disfruté muchísimo el desafío de hacer precisamente lo que al parecer no podía”, agrega el músico que, sin su poderosa prótesis auditiva, no puede oír casi nada.

Gohlke no solamente aprendió a tocar el instrumento en su adolescencia, sino que terminó convirtiéndose en profesor de guitarra y proponiendo el proyecto “Los límites son relativos (Grenzen sin relativ)” a la Escuela de Rock y Pop de Kiel, una iniciativa cuyo objetivo es conseguir que la música sea más accesible para las personas con capacidad auditiva limitada. La institución privada puso el programa en marcha en 2010 y, desde entonces, una lección de música muy especial tiene lugar en sus instalaciones todos los martes en la tarde.

Gohlke ya daba clases de guitarra, pero la idea de enseñar a aquellos con la misma condición auditiva que él no se le ocurrió hasta hace cuatro años, cuando ofreció varias lecciones en un campamento de verano. Fue allí donde conoció a otras personas con dificultades para oír e inclinación hacia la música, y se percató de cuántas estaban afectadas por una capacidad auditiva limitada. “Nada más en Alemania hay alrededor de catorce millones y muchas de ellas han sido condicionadas para creer que no pueden hacer música”, asegura Gohlke.

Martin, uno de los alumnos de Gohlke en la Escuela de Rock y Pop de Kiel, dice nunca haber tenido esa convicción. “Yo quiero involucrarme con la música precisamente porque tengo limitaciones para oír. La música me ayuda a entender mejor lo que significa el hecho de poder oír. Y, además, la música tienen tanto que ver con el acto de oír como con el acto de sentir. Por eso me ocupo de la música con más intensidad que muchas otras personas con plena capacidad auditiva”, explica el joven de 29 años.

Mischa Gohlke Band
El próximo paso del proyecto “Los límites son relativos”: la creación de bandas, como la de Mischa Gohlke (en la imagen).Imagen: Hanna von Graben

La palabra clave: inclusión

Cuando conoció a Hörbie Schmidt, director ejecutivo de la Escuela de Rock y Pop de Kiel, Gohlke se topó con el aliado ideal para darle forma al proyecto “Los límites son relativos”. Casualmente, Schmidt hizo el servicio civil –el que ofrecen los que alegan objeción de conciencia al servicio militar– en un orfanato para niños sordos en Hamburgo; ese fue su primer contacto con personas que tenían problemas auditivos. “La gente con capacidad auditiva limitada sabe muy bien que se les está aislando de la sociedad”, sostiene Schmidt.

“Ellos no están integrados en las escuelas o en los jardines de infancia. Y, a mi juicio, eso es un problema”, acota el directivo de la escuela de Kiel, convencido de que los padres, maestros, doctores y directores de instituciones tienen el deber de crear oportunidades para la gente con impedimentos sensoriales. La palabra clave de las clases que Gohlke ofrece es: inclusión. Sus lecciones de guitarra no están dirigidas exclusivamente a personas con capacidad auditiva limitada porque, en todo caso, cada quien se aproxima a la música de manera diferente.

Gohlke señala que, gracias a la mezcla de sus cursos, los participantes aprenden que hay otros canales de percepción musical, aparte del oído. “Algunos experimentan la música a través de sus ojos, unos lo hacen a través de sus oídos, otros emplean el método de ensayo y error, y otros se restringen a leer las partituras o perciben el sonido a través del tacto, de su cuerpo. Yo creo que podemos ganar mucho cuando dejamos de observarnos a nosotros mismos para experimentar cómo otros perciben y producen la música”, enfatiza Gohlke.

El profesor de guitarra y el director de la Escuela de Rock y Pop de Kiel tienen planes ambiciosos. Uno de ellos es reproducir el concepto de “Los límites son relativos” en otras partes de Alemania y diversificar las lecciones para que abarquen otros instrumentos y quizás hasta coros. El próximo paso será la creación de “bandas mixtas”, es decir, grupos en donde músicos con capacidad auditiva limitada toquen junto a otros sin problema auditivo alguno. A Mischa Gohlke todavía le satisface hacer que lo aparentemente imposible sea posible.

Autores: Julian Bohne / Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl