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Entre Trump y Kim, "la puerta sigue abierta"

Kersten Knipp
24 de mayo de 2018

Según el analista Henning Riecke, la cancelación de la cita de Trump con Kim puede haber evitado el fracaso de futuras negociaciones. Corea del Norte no habría podido darse el lujo de una desnuclearización completa.

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USA Nordkorea - Donald Trump und Kim Jong Un - TV
Imagen: picture alliance/AP Photo/L. Jin-man

Este jueves (24.5.2018), sólo tres horas después de haber cancelado su encuentro con el líder norcoreano Kim Jong-un, el presidente de Estados Unidos anunció que todavía había posibilidades de celebrar la cumbre a corto plazo. "Nadie debería estar ansioso; tenemos que hacer las cosas bien”, declaró Donald Trump en la Casa Blanca, sugiriendo que la cita podría tener lugar el 12 de junio. DW habló con Henning Riecke, director del Programa de Relaciones Transatlánticas de la Sociedad Alemana para la Política Exterior (DGAP), sobre las implicaciones de la postergación del esperado diálogo Washington-Pyongyang.

Deutsche Welle: Trump justificó la cancelación de su reunión con Kim alegando que Corea del Norte había manifestado "abierta hostilidad” en un comunicado reciente. ¿En qué estado están las relaciones bilaterales?

Henning Riecke
Henning Riecke, director del Programa de Relaciones Transatlánticas de la Sociedad Alemana para la Política Exterior (DGAP)Imagen: DGAP/Dirk Enters

Henning Riecke:    Esa relación está basada en el intento de Trump de acercarse a Kim para imprimirle una nueva dinámica a las negociaciones. Eso es muy positivo. No obstante, Estados Unidos habría querido tener garantías de que Corea del Norte se había desnuclearizado por completo, incluso antes de las conversaciones, y eso es algo que Pyongyang no está en capacidad de hacer. Si el régimen de Kim se muestra estable en estos momentos es precisamente porque cuenta con armas atómicas. A él lo que le preocupa es que su familia y sus allegados puedan aferrarse al poder. Renunciar a sus armas propiciaría provocaría el fin del Gobierno de Kim.

Entonces, ¿cabía suponer de antemano que el encuentro no se consumaría?

Personalmente, yo no lograba imaginar lo que podía salir de esa cita, porque las exigencias que se le hacían a Corea del Norte eran imposibles de cumplir para Kim…

¿Cree usted que hacer exigencias incumplibles era la estrategia de Estados Unidos desde un principio?

Pero es que Estados Unidos no podía asumir otra postura. Trump debe demostrar que él puede controlar su relación con Corea del Norte mejor que su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama. Y es por eso que Trump no puede hacer compromisos. Su lo hubiera hecho, habría asumido la misma posición de Obama de cara al acuerdo nuclear con Irán. Y Trump acaba de zafarse más bien del pacto nuclear con Teherán. Trump estaba obligado a imponerle una negociación a Kim para que, a su vez, Kim se viera forzado a ofrecer la desnuclearización de Corea del Norte. Pero yo me temo que esa estrategia habría llegado demasiado lejos.

En última instancia, las circunstancias habrían llevado a Trump a hacer la guerra, incluso contra China, que protege tácitamente a Corea del Norte. Por fortuna, la puerta sigue estando abierta. Trump dejó claro que está dispuesto a seguir negociando. Trump continuó construyendo un puente. Trump parece haber comprendido que ese tipo de diplomacia directa, ese careo con Kim que hasta ahora ningún presidente estadounidense se había atrevido a impulsar, sigue ofreciendo oportunidades. Ahora lo que cabe esperar es que Pyongyang y Washington se culpen mutuamente por la postergación del encuentro.

Kersten Knipp (ERC/EL)