A los clientes de Ford les gusta el lujo. Un ejemplo es el Ford Kuga: el 80 por ciento de los compradores se deciden por el segundo más caro equipamiento, llamado Titanium, 3.000 euros más caro que la versión básica. Ford piensa que puede irse más allá: ahora ofrece el Kuga en la versión de lujo "Vignale".