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Gana derecha en Chile

14 de diciembre de 2009

Que en las elecciones de Chile haya obtenido el primer lugar el candidato de la derecha llama la atención al otro lado del océano. ¿A qué se debe? ¿Qué cambiaría un ascenso de la derecha después de años de Concertación?

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Elecciones en ChileImagen: AP

“Equilibrismo entre dictadura y democracia”, tituló la radio alemana Deutschlandfunk la emisión con la que recordó -un día después de las elecciones en Chile de las que salió a la cabeza el conservador Sebastián Piñera- que hace justo 20 años un pacto entre la coalición de centro-izquierda y los militares “creó unas condiciones para reestablecer la democracia en el país que le han traído una estabilidad poco común”.

A veinte años del No

En 1988, después de 15 años en el poder, el entonces dictador Augusto Pinochet pretendía legitimar su mandato con un referéndum. El No ganó; y a pesar de que Pinochet no quería dar su brazo a torcer, “al sector empresarial que había sacado provecho de su sistema económico neoliberal le parecía más oportuno crear condiciones democráticas. Se ofrece entonces una unión de partidos que promete cuidar de sus intereses: la Concertación, una alianza de cristianodemócratas y socialdemócratas. El 14 de diciembre de 1989 ésta gana con el 55 por ciento las elecciones. Aunque hubo un gobierno de centro-izquierda democráticamente elegido, los militares y los magnates seguían con el poder en las manos. Sólo en algo no había duda: en el sistema económico, la receta chilena del éxito. Hoy -20 años después- este acto de equilibrismo entre la dictadura y la democracia parece haber sido un logro”, dice Deutschlandfunk.

El millonario llama la atención

En las elecciones de 2009, el “millonario e inversionista Sebastián Piñera ha ganado la primera vuelta electoral con 44 por ciento de los votos”, dice el rotativo económico Handelsblatt y detalla: “Piñera con una fortuna estimada en 1.500 millones de dólares es el cuarto hombre más rico de Chile. A pesar de llevar una delantera de 14 puntos al ex presidente Frei, el triunfo de Piñera el 17 de enero no está seguro. Los candidatos de izquierda Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate han logrado un 25 por ciento de los votos; es decir, que los candidatos de centro-izquierda e izquierda tienen juntos un 55 por ciento de los votos. Decisivo para la segunda vuelta será si los electores de Enríquez-Ominami se decantan por Frei, el candidato de la Concertación”.

¿Cambios se avecinan?

Un cambio radical en la política chilena, gane quien gane en la segunda vuelta, no se espera dicen analistas alemanes. “La campaña electoral no estuvo orientada a los contenidos, las consignas de la campaña de ambos fueron similares; a los electores no les fue fácil detectar diferencias programáticas entre Piñera y Frei”, dice a Deutsche Welle Hilmar Ruminski, encargado de proyectos de la Fundación Friedrich Ebert en América Latina. Es decir, que la derecha lleve la delantera, podría verse “como un voto en contra de la Concertación”, dice Ruminski. Al desgaste de 20 años se suman las mismas tensiones internas de la Concertación que llevaron a Enríquez-Ominami a separarse de ella y a declarar: “la concertación es de ayer”.

“La mayoría de los electores quiere un cambio”, analiza Ruminski y puntualiza: “En Chile ya no le tienen miedo a la derecha. Ésta no es la derecha que hace décadas sacó al presidente Allende con un golpe de Estado. Ésta es una derecha civilizada.

Respetar acuerdos

Y aunque, programáticamente, nadie tiene una idea clara de lo que haría Sebastián Piñera en caso de ganar en la segunda vuelta, hay que tener en cuenta que Chile tiene obligaciones en política exterior, muchos acuerdos comerciales cerrados durante las últimas dos décadas. Y Sebastián Piñera no cambiaría nada de eso; la política comercial de los diferentes gobiernos chilenos en los últimos 20 años están es su línea. Las relaciones de Chile con Mercosur, en mi opinión, tampoco cambiarán”, dice Ruminski.

Sin embargo, quien gane la segunda vuelta del 17 de enero, se enfrentará al gran desafío del abismo entre ricos y pobres, porque, como puntualiza el analista de la Fundación Ebert, "si bien en las últimas décadas la pobreza ha disminuido, el desequilibrio social se ha hecho más grande”.

Cambios en los ejes

Un cambio de curso sí podría haber en la política exterior, así el Frankfurter Allgemeine Zeitung, en caso de ganar Piñera: un acercamiento a Colombia y a Estados Unidos y un distanciamiento de Venezuela, Bolivia y Ecuador sería probable.

Ruminski, por su parte puntualiza: “Aunque la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, no se ha solidarizado incondicionalmente con esos gobiernos, sí creo que con Piñera habría mayor distanciamiento. Esto se sentirá probablemente en la Organización de Estados Americanos. En el caso del depuesto presidente Manuel Zelaya, de haber estado Piñera en ese momento, la postura de Chile habría sido diferente”.

Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia