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En ascensor hacia la cancillería – un retrato de Angela Merkel

21 de septiembre de 2009

De la ciencia a la política; de portavoz a ministra. De ministra a jefa de la CDU y de ahí a la cancillería. Angela Merkel goza, tras cuatro años en el gobierno, de un índice de popularidad poco visto.

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Bundeskanzlerin Angela Merkel schreitet am Samstag, 25. Juli 2009, vor dem Festspielhaus in Bayreuth, Bayern, zur Eroeffnung der Wagner-Festspiele ueber den roten Teppich. (AP Photo/Eckehard Schulz) --- German Chancellor Angela Merkel arrives for the Wagner Festival opening in front of the Festspielhaus theatre in Bayreuth, Germany, Saturday, July 25, 2009. (AP Photo/Eckehard Schulz)
Angela Merkel, llegando al Festival de Bayreuth, julio de 2009.Imagen: AP

La Unión Cristianodemócrata (CDU) en la República Democrática Alemana era un centro de acopio de todos los que, teniendo una orientación cristiana, no querían unirse al SED -el partido estatal explícitamente ateo-, pero que sin embargo querían trabajar políticamente en el marco del sistema.

Angela Merkel, nacida en 1954 como hija de un pastor protestante, nunca se contó entre esas personas. Se doctoró en Física y aspiraba a hacer carrera en la ciencia; con la política no quería tener nada que ver.

Con todo, en el otoño de1989, cuando soplaban fuertes vientos de cambio, Merkel quiso aportar lo suyo. Cambio Democrático –un movimiento opositor que había surgido como muchos otros al amparo de la Iglesia luterana- había recibido una computadora como donación y buscaba alguien que supiese manejarla. Merkel se apuntó y en poco tiempo se convirtió en la portavoz de la pequeña agrupación.

La “muchacha de Kohl”

Dos meses después de la reunificación, se celebraron las primeras elecciones parlamentarias conjuntas: era el 2 de diciembre de 1990. Angela Merkel logró un escaño en la región de Pomerania Occidental, en el noreste alemán. Entonces, cuando Helmut Kohl buscaba una mujer política del Este para dirigir el Ministerio de Mujeres y Juventud, de Maizière y otros políticos se la recomendaron. Su escasa experiencia política de un año podría haber provocado que su entrada al gabinete federal terminara en un sonado fracaso. Pero no fue así: Merkel se ubicó rápidamente en su nuevo puesto; Helmut Kohl reconoció su talento y promovió con todas sus fuerzas a “su muchacha”.

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La canciller entre los cancilleresImagen: picture-alliance/ ZB

A finales de 1991 Merkel forma parte de la dirección del partido a nivel nacional; a mitad de 1993 dirige la CDU en Mecklemburgo - Pomerania Occidental. Esto último le supuso cierto poder en el partido. Después de las elecciones generales de 1994, la otrora científica fue nombrada ministra de Medio Ambiente, un cargo políticamente importante. Allí destacó en 1995 al presidir la Cumbre Climática de Naciones Unidas en Berlín y comenzó a foguearse en el terreno internacional.

Con destreza y valor a la cúspide

En 1998, Helmut Kohl perdió las elecciones ante el socialdemócrata Gerhard Schrôder y renunció a su cargo de líder del partido. Su sucesor fue Wolfgang Schäuble y Angela Merkel pasó a ser secretaria general, es decir, su mano derecha. Enérgicamente logró junto con Schäuble una reorientación de los contenidos del partido. En algunas elecciones regionales y en los comicios para el Parlamento Europeo, la CDU logró resultados espectaculares.

Y justo en ese momento, el escándalo de oscuras donaciones, cuentas ocultas y transferencias ilegales comenzó a amenazar los logros de la nueva cúpula del partido. En esas cuentas –así lo confesó el ex canciller Helmut Kohl después de mucha presión pública- se había acumulado donaciones millonarias al partido que por ser secretas eran ilegales.

Kohl, aduciendo haber dado su palabra de honor, se negó a dar a conocer los nombres de los donantes. Su silencio llevó a la CDU a una profunda crisis. En esta situación, Merkel ideó un golpe maestro: en un artículo publicado en el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung exigió de su partido distanciarse de Helmut Kohl. Nadie se había atrevido a dar ese paso.

Luego, un aspecto secundario del escándalo de las donaciones –en el cual estaban envueltos numerosos empresarios y políticos alemanes- salpicó a Wolfgang Schäuble, quien tuvo que entregar la dirección del partido. Todo confluyó entonces hacia Angela Merkel. Con 96 por ciento de los votos el partido la eligió como jefa en abril del año 2000. Poco después, la nueva líder de la CDU experimentaba un más bien modesto fracaso en su carrera meteórica: el poco conocido Ruprecht Polenz –elegido por Merkel como secretario general- puso de manifiesto su escasa capacidad para imponerse; en octubre dejaba el cargo.

A la cancillería al segundo intento

El gran fracaso que siguió en su carrera se manifestó con el tiempo como una victoria. Edmund Stoiber, líder de los socialcristianos de Baviera, competía con Merkel por la candidatura a la cancillería en las elecciones de 2002. Después de muchas discusiones, Merkel cedió el lugar al político bávaro; Stoiber perdió ante Gerhard Schrôder. Pero Merkel, según análisis de observadores electorales, tampoco habría podido ganarle. Cuando tres años después el entretanto acorralado Schröder convocó a elecciones anticipadas no cabía duda que Merkel sería su contricante.

No obstante, en las elecciones de 2005, el triunfo que creía seguro casi se le escapa entre los dedos. El origen de ello se encuentra en el congreso nacional de la CDU de 2003, que tuvo lugar en la ciudad de Leipzig. Bajo la dirección de Angela Merkel, el programa del partido había abandonado el capitalismo social a favor de un pensamiento liberal. Aunque las reformas políticas de Schröder habían tenido ese mismo cuño, en la campaña éste logró tildar de poco social la línea de Merkel, algo que por poco hace virar la tortilla. La escasísima delantera de la CDU/CSU, le aseguró a Merkel el puesto de canciller en un gobierno de gran coalición con los socialdemócratas del SPD. Los resultados no favorecieron la esperada coalición con los liberales.

Con pasos de seda hacia un segundo mandato

La moraleja de la historia le quedó clara a la canciller: evitar posturas políticas demasiado claras. En los años de la gran coalición –también debido a las posturas de sus compañeros en el gobierno- Merkel logró una cautelosa distancia hacia las cámaras de industriales, sin dar necesariamente un giro en la dirección opuesta. Su política ha estado marcada por soluciones pragmáticas a las que la población alemana se ha opuesto bastante poco. Dado que en el parquet internacional la canciller alemana ha logrado moverse con mayor seguridad de la esperada, Angela Merkel ha logrado índices de popularidad como pocos cancilleres antes de ella.

A pesar de la crisis económica, Merkel entró a la contienda electoral como la clara favorita. Si logra el segundo mandato, no obstante, está por verse. Y ella lo sabe. No hay que olvidar que en las elecciones de 2005 también era la clara favorita y se salvó sólo por un pelo.

Autor: Peter Stützle/Mirra Banchón
Editor: Emilia Rojas