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Guardando las sobras

Rosa Munoz13 de marzo de 2012

Millones de toneladas de alimentos acaban en la basura en Alemania. La Ministra de Alimentación Ilse Aigner apela al sentido común y anima a mantener las viejas costumbres, como la de guardar las sobras.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Si se llenaran vagones con los restos de comida que se tiran cada año en Alemania, el tren llegaría desde Berlín hasta la ciudad rusa de Novosibirsk, a 4.500 kilómetros de distancia. “Imagínense que esto fuera un tren de mercancías para ayudar a los países pobres; lo mucho que se podría paliar el hambre en el mundo”, reflexiona la ministra de Agricultura, Alimentación y Protección del Consumidor Ilse Aigner.

900 millones de personas pasan hambre en el mundo. Por otro lado, sólo en Alemania se tiran 11 millones de toneladas de alimentos a la basura – sobre todo verduras, frutas y artículos de panadería y repostería. Son los resultados de un estudio de la Universidad de Stuttgart hecho por encargo del Ministerio. “Esta cifra es intolerable. El potencial que no usamos es demasiado grande”, manifestó Aigner en la presentación del estudio este martes 13 de marzo de 2012 en Berlín. “Tenemos el deber económico, ecológico, ético y moral de hacer algo contra este hecho.”

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La Ministra Ilse Aigner quiere concienciar a los alemanes de que hay que tirar menos comida a la basura.Imagen: dapd

Paso a paso

En comparación con otros países, Alemania es relativamente bastante consciente de su problema con el exceso de basura. “Y a pesar de ello, sólo hemos empezado a tomar medidas”, dice Aigner. El estudio es la primera fuente en ofrecer información fiable al respecto; hasta ahora sólo se daban estimaciones que ponían las cifras entre 6,5 y 20 millones de toneladas. Con esto, Alemania le quiere llevar la ventaja a la Unión Europea, poniéndose la meta de reducir a la mitad su excesivo desperdicio de alimentos para el año 2020.

6,7 millones de toneladas de esta basura (el 61 por ciento) provienen de hogares privados. Esto da una media de 81,6 kilos por persona al año. El 47 por ciento de los desechos se podrían evitar, y otro 18 por ciento se podría evitar al menos en parte, según el estudio. Pero no se trata sólo de un problema doméstico: Aigner quiere crear una alianza más estrecha entre los diversos actores políticos y de la industria alimentaria mediante un evento central que tendrá lugar a finales de marzo.

La ministra quiere combatir normas de comercialización que contribuyen a estas cifras y que no tienen razón de ser; por ejemplo, la categorización de las frutas y verduras según su apariencia externa. “Quien tiene un jardín sabe que no todas las manzanas y los pepinos tienen el mismo aspecto”, dice Aigner. Pero eso nunca ha sido una razón para extraer o tirar verduras en buen estado. Pero a final de cuentas, es el consumidor al que se le tiene que pedir que no siempre exija sólo los pepinos más “atractivos”. Y desgraciadamente, en este tema son muchas las normativas europeas contra las que Alemania debe protestar para eliminar este estereotipo.

Pequeños y grandes actores

Todos pueden poner su granito de arena, dice la Ministra de Agricultura. Además de los hogares privados, el exceso de basura es producido también por grandes consumidores, como hoteles o clínicas, con un 17 por ciento, seguidos de la industria (17 por ciento aproximadamente) y el comercio (5 por ciento). Y también el sector agrario debe esforzarse en reducir las pérdidas por almacenamiento al mínimo posible.

Además, a través del Ministro Federal de Cooperación y Desarrollo Dirk Niebel, Alemania hará un llamamiento a nivel mundial contra el desperdicio de alimentos, anunció la Ministra Aigner. “Nosotros en Alemania nos podemos permitir el lujo de debatir sobre este tema porque nuestra tecnología agraria está muy avanzada. Pero en muchos países en vías de desarrollo se pierde un 40 por ciento de las cosechas a causa de problemas con el almacenamiento o la maquinaria.”

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Según La Izquierda, hay que intervenir en las políticas comerciales para evitar tanto desperdicio.Imagen: picture-alliance/dpa

Críticas

La opinión pública alemana está divida respecto a las cuestiones alimentarias. Unos apuestan por la educación; otros, por la intervención. Esto se ve en las críticas que el partido “La Izquierda” ha dirigido a Aigner sobre este problema: “En lugar de ir a las causas de la destrucción de los alimentos, la Ministra Aigner intenta culpar de nuevo a los consumidores”, dice la portavoz Karin Binder. “La causa principal de la disposición de comida es la ruinosa competencia de la industria alimentaria con precios bajos, publicidad agresiva y productos en formato XL”.

En un estudio sobre alimentos para niños realizado el pasado miércoles por la organización de consumidores “Foodwatch” se observó una crítica parecida a la política de protección al consumidor del Gobierno. Foodwatch investigó 1.500 alimentos dirigidos especialmente a niños: 75 por ciento de ellos contenían demasiada grasa o demasiado azúcar. Los niños son un público meta en Internet con campañas publicitarias mucho más enfocadas en la industria de la comida rápida que en productos más sanos como fruta, verdura o cereales. La crítica indica que, en este sentido, el Estado debería reestructurar el mercado y no sólo apelar a la responsabilidad de los padres sobre la alimentación de sus hijos.

Autor: Kay-Alexander Scholz / lab
Editora: Rosa Muñoz Lima