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El regreso de la política del “balconazo”

23 de febrero de 2023

En América Latina, el discurso en el balcón fue una de las bases del llamado "populismo". Pero los "balconazos" no han desaparecido, como muestra una reciente alocución de Gustavo Petro. Una columna de Günther Maihold.

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Hombre con gafas habla por un micrófono desde un balcón adornado con tela amarilla. Dos jóvenes están a su lado, de pie.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, dando un discurso desde el balcón de la Casa de Nariño 14 de febrero de 2023.Imagen: Sebastian Barros/NurPhoto/picture alliance

"Dadme un balcón y el país es mío". Esta frase, atribuida al cinco veces presidente del Ecuador José María Velasco Ibarra (1933-1972), parece recordar tiempos del pasado, en los cuales el discurso desde el balcón se convirtió en una de las bases de la escenificación de lo que se denominara "populismo”.

Hay muchas referencias históricas a este tipo de "balconazos”. Así, Juan Domingo Perón y su esposa, Evita, practicaron un populismo de balcón desde la Casa Rosada en Buenos Aires,  al igual que Salvador Allende en su famoso discurso en los balcones de la Federación de Estudiantes de Chile el 4 de septiembre 1970 o los sucesivos balconazos del presidente peruano Alan García, quien trataba de imitar la tribuna legendaria del aprista Víctor Raúl Haya de la Torre.

Búsqueda de comunicación directa

Hoy en día, han vuelto a aparecer los discursos desde los balcones, tal y como los que practica  el Papa en el Vaticano . El ejemplo más reciente es el del presidente colombiano, Gustavo Petro, pronunciado desde el balcón de la Casa de Nariño en Bogotá el 14 de febrero de 2023 frente la sociedad civil, reunida en la Plaza de Armas, en el que defendió sus reformas y buscó fortalecer su nexo con sus seguidores y, con ello, afrontar las movilizaciones de la oposición.

El recurso al "balconazo” tiene como fin (re)conquistar al "pueblo” y demostrar una interlocución directa con él. Sin embargo,  creer en  una comunicación directa entre la multitud y el presidente es una quimera. En última instancia "los balconazos” corresponden al interés de consolidar el liderazgo personalista y tratar de lograr una articulación con la sociedad sin tener que recurrir a la intermediación de los medios. 

La inclinación de algunos presidentes a practicar un tipo de campaña permanente apunta al interés de dominar la agenda pública e impactar así sobre la opinión ciudadana con un discurso propio, que garantice el apoyo requerido para la propia gestión presidencial.

La renovada tradición de los "balconazos”

Sin embargo, esta construcción de un liderazgo personal permanente hoy en día difícilmente puede realizarse sin la inclusión de los "social media” como elemento complementario. El presidente que logró fundamentar su apoyo en la combinación del balcón con la presencia electrónica en Facebook y Twitter fue Rafael Correa (2007-2017) en el Ecuador, al fusionar exitosamente la movilización del pueblo con la híper personalización. Con base en una gestión estratégica y profesionalizada de la comunicación, logró colocarse en el centro del debate político y dominar así el discurso en la sociedad.

Una táctica parecida se puede identificar en la actuación del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien no recurre tanto a los "social media”, sino a una practica de discurso permanente en sus cotidianas "mañaneras”, a través de  las cuales trata de alcanzar las audiencias mediáticas e imponer su visión del acontecimiento diario con votos de censura sobre opiniones divergentes en los medios, sean estos de periodistas o comentaristas de corte político.

AMLO pretende presentarse así como encarnación del ”pueblo” y como ejecutor de las voluntades populares, al exclamar en el año 2018: "Yo ya no me pertenezco. Yo soy de ustedes, soy del pueblo de México”, repitiendo las palabras del difunto presidente Hugo Chávez, pronunciadas desde el Balcón del Pueblo del Palacio de Miraflores el día 15 de febrero de 2009: "Yo, Hugo Chávez no me pertenezco a mí mismo. Yo, todo mi ser, le pertenece a ustedes”. De esa manera, el pueblo se ha convertido en la multitud en la cual el líder puede sumergirse por medio  del "baño de masas”.

Las funciones de los "balconazos”

No importa si estos discursos desde los balcones son de carácter tradicional o más bien de índole híbrida, con utilización de los medios sociales de comunicación, es evidente que se centran en una supuesta comunicación directa entre el pueblo y el líder. 

Aun cuando la escenificación clásica de la aclamación, esto es, el líder en el balcón del palacio de gobierno y el pueblo en masa en la plaza, ha perdido su trascendencia, no se quiere prescindir de la misma. Se busca el vínculo con el pueblo sin intermediación de la prensa, la cual es considerada como manipuladora, por lo cual la información verdadera hay que transmitirla en la plaza pública.

Además, esta articulación "sin filtro” es utilizada para advertir a los otros poderes del Estado de no intervenir en la relación entre el líder y su pueblo, ya que el presidente se ve capaz de resolver de manera directa los problemas sociales.

Aunque ya no se emplean los discursos incendiarios de otrora, la búsqueda de cuidar y ampliar la popularidad de la salvífica figura presidencial se va imponiendo cada vez más. Si el interés del presidente Gustavo Petro en su balconazo ha sido, "meterle pueblo a los proyectos de reforma”, el mensaje del evento también habrá podido tener como finalidad presionar al Congreso en su labor de aprobación.

Sin embargo, el ceremonial del "balconazo" hoy en día no puede ser visto solamente como una interpelación de los líderes que sirven de identificador colectivo, sino también como una escenificación que trata de impactar a las otras instancias políticas al igual como a los medios de comunicación en la búsqueda de dominancia en el discurso político bajo el signo de liderazgos personalistas.(ms)