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A un año de Obama: la perspectiva europea

19 de enero de 2010

Después de un año de gobierno, está claro que Barack Obama, que se llegó a comparar con John F. Kennedy y Martin Luther King, no puede resolver todos los problemas. Aquí, un balance desde el punto de vista europeo.

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Un año de Obama: altas expectativas, algunos logros.Imagen: AP

Con la promesa de “Yes, we can”, Barack Obama comenzó su campaña y llegó a la Casa Blanca. Un año después, está claro que aún un símbolo de esperanza como lo es Obama no puede resolver todos los problemas.

Ya mucho antes de que Barack Obama ganara las elecciones en EE.UU., su figura tenía un halo de leyenda. En Berlín, una multitud lo ovacionó, y su autobiografía llegó al primer puesto de los libros más vendidos.

Desde esas alturas, la caída del nuevo presidente Obama tenía que ser dura. Debía poner fin lo más rápida y ampliamente posible a la agresiva política exterior de George W. Bush. Por el otro lado, los estadounidenses esperaban que Barack Obama, en medio de la crisis económica, se ocupara por fin de la política interna de EE.UU., en lugar de dedicarse a asuntos internacionales.

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El candidato a presidente de los EE.UU., Barack Obama, en Berlín.Imagen: AP

Cumplir con estas dos expectativas tan opuestas es difícil, aún para un político retóricamente tan talentoso como Obama. Y, de hecho, el brillo del candidato Obama empalideció, como constata Reinhard Rode, experto en política estadounidense de la Universidad de Halle, Alemania. “En Europa y entre quienes lo votaron se lo sobreestimó de tal modo debido a la frustración que produjo su antecesor, que fue casi declarado un santo de la política. Naturalmente, en algún momento llega el desengaño, y ahora la realidad se impone”, opina Rode.

La confianza decrece

En los EE.UU., la cuota de aceptación de la gestión de Obama disminuyó de un 70 a cerca de un 50 por ciento. Y, también en Europa, a Obama no sólo se lo evalúa positivamente, ya que las expectativas de muchos europeos de que el nuevo presidente estadounidense pudiera solucionar prácticamente solo los diversos problemas internacionales se hicieron trizas en el correr de su primer año de gobierno, explica Michael Zürn, politólogo del Centro de Ciencias de Berlín. “Sin duda, mucho de los resultados óptimos que se esperaban no se lograron. No tenemos resultados concretos en lo que a una regulación de los mercados financieros se refiere, tampoco contamos con medidas en cuanto política climática, y tampoco se pudo hacer grandes progresos en las diferentes cuestiones que tienen que ver con Próximo Oriente”, comenta Michael Zürn.

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Protestas en EE.UU. contra la reforma del sistema de salud.Imagen: AP

Si bien Obama no puede aún demostrar grandes éxitos en política exterior, rompió, no sólo con el estilo de Bush, sino en muchas áreas también con su política. Así, el presidente estadounidense no sólo declaró retóricamente el fin de la unilateralidad, sino que, en la práctica, llamó a Irán a abrirse al diálogo, por ejemplo. Además, suavizó el embargo comercial contra Cuba, encaminó la retirada de Irak y detuvo la construcción de bases para misiles en el Este de Europa. El hecho de que las reacciones a tales medidas no siempre fueron las deseadas sólo pone en claro que, en un mundo globalizado, tampoco el presidente de los EE.UU. puede acabar él solo con los conflictos. Esto vale también, tanto para el grave problema de Afganistán, en el que Obama, después de mucho dudar, se decidió claramente por un incremento de las tropas.

La multilateralidad no es una mala palabra

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Obama suaviza el embargo a Cuba.Imagen: AP

La medida política más sobresaliente de Obama no se puede determinar geográficamente, ni a nivel de tratados internacionales, sino que consiste más bien en la apertura de EE.UU. al mundo. Bajo el gobierno de Obama se oyen nuevos tonos en la política internacional, y EE.UU. no sigue procediendo bajo el lema “con nosotros o contra nosotros”, dice Michael Zürn: “El concepto de multilateralidad vuelve a ser válido como concepto sobre el que se puede hablar. También se reconocen las normas internacionales como tales, por lo tanto, algo se logró”.

Mientras el éxito definitivo en cuanto a política exterior aún se hace esperar, Obama pudo, a nivel de política interna, ganar puntos con un tema que ya sacaba canas verdes al último presidente demócrata, Bill Clinton. Se trata de la reforma del sistema de salud. Es obvio que el proceso de introducir un seguro de salud para todos los estadounidenses aún no ha concluido, pero la reforma de salud ya pudo salvar obstáculos importantes en el Congreso de EE.UU., luego de negociaciones difíciles, y hay buenas perspectivas de que este proyecto de ley pueda ser aprobado en noviembre.

Comparaciones y alternativas

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Barack Obama y la política exterior en Medio Oriente, Irán e Irak.Imagen: AP/DW

En vista del punto de partida complicado y de las grandes expectativas puestas en él, en general, Barack Obama hizo las cosas bastante bien en su primer año como presidente, opina también Reinhard Rode: “En una escala de uno a diez, le pondría un ocho o un nueve en política interior y exterior. Seguramente no un diez, pero es que no fue un año en el que alguien hubiera podido sacarse un diez”.

Michael Zürn califica el ‘año uno' de Obama, en general, como positivo, aún cuando no pudo cumplir con mucho de lo que se esperaba. Para los alemanes, que, según las encuestas, siempre fueron grandes admiradores de Obama, Michael Zürn tiene listo un consejo especial. Si la nueva dirección de la política bajo el gobierno de Obama y su vicepresidente Joe Biden no les parece lo suficientemente expeditiva ni radical, deberían simplemente recordar a veces a George W. Bush y a Dick Cheney, o imaginarse como sería la política exterior estadounidense en un gobierno liderado por John McCain y Sarah Palin.

Autor: Michael Knigge/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz