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El “formato Moscú”: Rusia y los talibanes buscan acercarse

Roman Goncharenko
15 de octubre de 2021

Desde que los talibanes se tomaron el poder en Afganistán, la influencia rusa en la región aumenta. Con una conferencia internacional, Moscú quiere destacarse y aprovecha para ello sus contactos con los islamistas.

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Líderes talibanes en Moscú el 18 de marzo de 2021
Líderes talibanes en Moscú el 18 de marzo de 2021Imagen: Alexander Zemlianichenko/AFP

Hasta este 15 de octubre de 2021, los talibanes aún no han confirmado su asistencia. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso los ha recibido ya tres veces sólo en 2021, pero el llamado "formato de Moscú" del 20 de octubre podría ser la primera conferencia internacional a la que asistan lostalibanes desde que tomaron el poder en Kabul.

La ampliación de los contactos con los islamistas en los últimos años parece estar dando sus frutos a Moscú.

Después de que Washington buscara conversaciones con los talibanes bajo Donald Trump, Rusia quiso ponerse al día, dice Andrei Kazantsev, de la universidad diplomática MGIMO de Moscú. "Además, el problema con el Estado Islámico en Afganistán se ha hecho evidente", dice Kazantsev. Ha habido una "concentración de terroristas" en la frontera con Asia Central.

El hecho de que los talibanes sean clasificados como organización terrorista en Rusia no molesta a nadie. "Ya existía un precedente", dijo Kasantsev a DW. En 2013, Rusia había recibido al entonces presidente de Egipto, Mohamed Mursi, que pertenecía a los Hermanos Musulmanes, también prohibidos en Rusia.

Rusia "casi corteja" a los talibanes, dice Wolfgang Richter, de la Fundación Ciencia y Política (SWP por sus siglas en alemán), con sede en Berlín. Sus representantes políticos han sido invitados a Moscú una y otra vez. Samir Kabulov, el enviado del presidente ruso en Afganistán, sigue desempeñando un papel fundamental en estas conversaciones. El veterano exembajador ruso en Afganistán ha sido considerado incluso casi un "defensor de los talibanes en la escena internacional", según el Centro Carnegie de Moscú.

Acusaciones de entrega de armas

Sólo se puede especular sobre posibles contactos en secreto. Washington ha acusado repetidamente a Moscú de suministrar armas a los talibanes. "Los rusos han estado vendiendo armas pequeñas que han puesto a los estadounidenses en peligro durante diez años", dijo el otrora secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en 2020. Moscú lo niega. "Los talibanes poseían efectivamente armas rusas", afirma hoy Andrei Kazantsev. Sin embargo, podrían haber obtenido estas armas en Tayikistán, dice el experto.

Más grave aún: Rusia podría haber ofrecido a los talibanes recompensas por el asesinato de soldados estadounidenses. Pompeo advirtió de ello a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, según el New York Times en 2020.

¿”Cordón sanitario militar” en Asia Central?

Rusia estaba mejor preparada que Occidente para la toma de posesión de los talibanes. La embajada rusa en Kabul es una de las pocas que no fue cerrada. Pero Moscú se está tomando su tiempo con el reconocimiento de los talibanes, dice que quiere esperar y ver cuán "civilizados" serán los nuevos gobernantes de Kabul.

Actualmente, Moscú intenta coordinar su política hacia Afganistán con otros países de la región, especialmente con China y Pakistán. Pero la atención se centra en las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central. Rusia está vinculada a muchas repúblicas en la alianza militar de la "Organización del Tratado de Seguridad Colectiva" (OSC) y mantiene su mayor base en el extranjero en Tayikistán.

Desde el cambio de poder en Kabul, Moscú ha mostrado una mayor presencia; el Kremlin ya ha enviado cientos de soldados, tanques y aviones de combate a maniobras conjuntas. Este ejercicio militar también se realizará en la frontera tayiko-afgana durante las conversaciones en Moscú. Rusia también entregó a Tayikistán nuevas armas, entre ellas varios vehículos blindados de reconocimiento.

Todo esto forma parte de la estrategia a largo plazo de Moscú para establecer un "cordón sanitario militar”, dice Kazantsev. La mayor preocupación de Moscú es que los combatientes del Estado Islámico puedan llegar a Asia Central a través de Afganistán y desde allí también a Rusia.

Moscú ha reiterado que no enviará tropas a Afganistán como lo hizo en su día la Unión Soviética. Putin lo dejó claro cuando permitió a la OTAN utilizar la infraestructura rusa para abastecer a sus tropas en el Hindú Kush, recuerda Kazantsev. "Moscú quiere llegar a un entendimiento con el actor más fuerte de Afganistán. En el pasado fueron los estadounidenses, ahora son los talibanes", explica el experto, "aunque nadie en Rusia confía plenamente en los talibanes". Mientras la situación en el Hindú Kush sea inestable, Moscú seguirá confiando en una mezcla de diplomacia y disuasión.

(jov/ms)