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El fomento de la lectura en Alemania

Petra Lambeck/PK23 de abril de 2013

Leer es importante y por ello debe ser fomentado, justamente entre los niños y jóvenes. Muchos de ellos tienen dificultades. Iniciativas para mejorar la situación hay muchas. No obstante, los progresos son lentos.

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Imagen: picture alliance/dpa

En Alemania hay 7,5 millones de “analfabetos funcionales”. Son personas que están en condiciones de leer o escribir palabras o frases aisladas, pero no de entender textos en su conjunto.

En Colonia se trata de hacer frente a ello ya en los colegios. En la escuela Finkenberg, los alumnos con déficits de lectura reciben apoyo por parte de mentores individuales, a menudo personas jubiladas que lo hacen en forma honoraria.

Los maestros y profesores no tienen a menudo tiempo para atender a los alumnos individualmente, cuando estos tienen graves dificultades de lectura. En muchos casos tampoco se puede recurrir a los padres, ya que estos tienen otros problemas.

“Para los alumnos de 14 o 15 años que aún no saben leer ni escribir correctamente es difícil resolver el problema”, dice Tina Meier, profesora de la escuela. Sobre todo debería incluirse a las familias en la temática, agrega. El problema es, sin embargo, que esos alumnos no están acostumbrados a practicar diariamente la lectura. En la familia no hay a menudo nadie que los ayude.

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Generalmente, quienes acompañan a los niños en la lectura son mujeres.Imagen: Fotolia/Herby ( Herbert ) Me

Lectura, familia y socialización

Según la Fundación Leer, que organiza proyectos de fomento de la lectura, sobre todo los varones tienen problemas. “A menudo leen muy poco y con menos intensidad que las niñas”, dice Simone Ehmig, directora del Instituto de Investigación sobre la Lectura y los Medios.

Una de las razones de ello, agrega, es la socialización en Alemania: “los muchachos se crían en un mundo en el que tienen muy pocos modelos masculinos en lo que se refiere a la lectura”. En las familias en las que se lee, la mayoría de las veces son las madres las que toman un libro en sus manos. Lo mismo vale para las guarderías y las escuelas  primarias, en las que generalmente quienes acompañan a los niños en la lectura son mujeres.

Un gran potencial ve Ehmig, en las ofertas digitales de lectura. Particularmente para jóvenes que habitualmente no leen pueden “abrir puertas”. Los libros digitales despiertan en ellos al principio un gran entusiasmo, subraya, ya que están mucho más familiarizados con medios digitales que con libros impresos en papel.

Los famosos y la lectura

Claudius Niessen, director del Instituto Alemán de Literatura, con sede en Leipzig, ha constatado que también la escritura lleva a los alumnos a leer más. Como estudiante organizaba talleres de escritura en escuelas, con un eco muy positivo, justamente entre los muchachos.

“Comienzan a leer porque quieren contar también ellos mismos una historia”, dice Niessen. “A menudo, al escribir se topan con ciertos problemas y entonces miran cómo los han resuelto otros”, agrega.

De poca ayuda es que personas famosas vayan a una escuela y lean historias en voz alta, resalta. “Creo que a los políticos, por ejemplo, les importa más que salga la foto en los diarios que el efecto que puede tener sobre los alumnos”, dice Niessen.

Tina Meier concuerda, aunque destaca que ya ha realizado también experiencias positivas en ese sentido. “Depende mucho de las personas”, destaca y cuenta el caso de un alto ejecutivo que luego de una primera visita a la escuela quedó entusiasmado y siguió viniendo regularmente una vez por semana. Pero un compromiso como ese es un caso aislado.

Autora: Petra Lambeck/PK
Editora: Emilia Rojas