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El alemán de Atacama

Emilia Rojas Sasse28 de febrero de 2008

Deportista alemán se propone atravesar a pie el desierto de Atacama. Tres semanas durará su periplo, desafiando los rigores del norte de Chile y la más absoluta soledad, paliada sólo por un teléfono satelital.

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Atravesar el desierto de Atacama: un desafío también en el siglo XXI.Imagen: DW/Luna Bolivar

Ideas no le faltan a Frank Hülsemann. Cuatro año atrás tuvo, por ejemplo, la de reproducir las carreras de los chasquis, los mensajeros del imperio incaico que recorrían la región llevando mensajes, con un sistema de relevos. En esa oportunidad conoció el desierto de Atacama. Y, como hubo un tramo que no pudo recorrer con su equipo de entonces, se quedó con ganas de volver. Ahora se dispone a hacerlo, para atravesarlo en solitario.

Emulando aventuras del siglo XIX

“Leí mucho sobre el desierto de Atacama y me di cuenta de que esa antigua ruta había caído en el olvido en los últimos siglos”, cuenta a DW-WORLD Hülsemann, quien trabaja en la Escuela Superior de Deportes de Colonia y ha practicado disciplinas de alto rendimiento, como el mountainbike.

Frank Hülsemann
Frank Hülsemann (archivo) está muy bien entrenado.Imagen: Frank Hülsemann

Su intención inicial tomó forma más concreta cuando descubrió un libro del naturalista alemán Rudolph A. Philippi, cuyo hermano Bernardo fue figura clave en la colonización alemana del sur de Chile. Rudolph, quien llegó a ser director del Museo de Historia Natural de Santiago, atravesó el desierto en el siglo XIX y su relato incentivó al deportista a intentar emularlo. “Philippi describió todo con mucha precisión en más de 30 páginas”, dice Hülsemann, agregando que se propone seguir la misma ruta y ver si aún se encuentra ahí todo lo que leyó, o si algunas cosas han cambiado.

Tecnología del siglo XXI

Historische Kirche von San Pedro de Atacama, Atacama Wüste, Chile
En San Pedro de Atacama comenzará la aventura.Imagen: picture alliance / united archives

Lo que sí ha cambiado notablemente es el equipamiento con que cuentan los expedicionarios de hoy, con toda la moderna tecnología a su disposición. “También Philippi estaba bien equipado y tenía por ejemplo un termómetro, pero el mío está incorporado a mi reloj”, comenta Hülsemann. Hay además otras “equivalencias”: un sistema GPS reemplazará en esta expedición 2008 a los antiguos guías locales, para garantizar que el caminante solitario encuentre efectivamente las fuentes de agua y otros lugares previstos en su ruta. Además, dispondrá de tabletas para potabilizar agua e incluso de un pequeño aparato desalinizador.

Pesada es pues la mochila que Hülsemann cargará en su travesía por el desierto, aumentando el rigor de esa caminata a merced del desierto. ¿Cómo reaccionará su organismo? La experiencia servirá para determinar, por ejemplo cuánta energía consumió el deportista y cuál es el impacto físico de este tipo de pruebas. “Parto de la base de que perderé por lo menos 5 kilos de masa corporal”, indica.

Desafío personal

Pero, más allá de los análisis que permita hacer esta expedición, Frank Hülsemann tiene sus propias expectativas: “en primer lugar, espero lograr hacer el recorrido de unos 700 kilómetros en tres semanas”, dice, explicando que “ya desde el tiempo de las expediciones españolas se sabe que se puede atravesar el desierto de Atacama en unos 20 días”. En lo personal, su intención es poder “sumirse en este desierto” y aprender también algo sobre sí mismo, al verse confrontado con la soledad absoluta del lugar más árido del mundo.