El agosto de los floristas
14 de febrero de 2004
San Valentín se ha convertido en el Patrono de los enamorados en buena parte del mundo. Pero bien podría ser nombrado también el santo honorario de los floristas, que el 14 de febrero hacen su agosto. En esta fecha se venden en Alemania hasta 5 veces más ramos que en otro momento. Y no podía ser de otro modo, considerando que las flores hablan "el lenguaje del amor" .
Mayoría importada
Pero durante todo el año se estila regalarlas, y no sólo para las grandes ocasiones. Un ramito es la atención que lleva cualquier persona, hombre o mujer, cuando ha sido invitada a cenar a casa de amistades. En Alemania las florerías son, en consecuencia, una verdadera institución. No obstante, sólo el 14% de las flores que venden han crecido en el país. El resto son importadas, principalmente de Holanda, que satisface cerca del 80% de la demanda germana. Le siguen Italia, Colombia, Israel, Kenia y Ecuador.
No siempre estas importaciones están exentas de problemas, según hacen notar una vez más para el Día de San Valentín instituciones como Terre des Hommes, exhortando a apoyar su campaña en pro de los niños y campesinos del Tercer Mundo. Para ello, llaman a comprar las flores que lleven un sello distintivo que garantiza que se ha pagado un precio justo a los productores y que no se han utilizado pesticidas en su cultivo. Aproximadamente 60 granjas de Colombia, Ecuador y algunos países africanos se han sumado a esta iniciativa.
El factor económico
Al margen del romanticismo y la solidaridad, el negocio de las flores es duro. En los últimos dos años las ventas cayeron cerca de un 4% en Alemania. Aun así, el rubro mueve cifras importantes de dinero. Los alemanes gastan, en promedio, 40 euros anuales per capita en ramos. Eso suma la nada despreciable cantidad de más de 3.000 millones de euros. Si se añaden las plantas ornamentales, la cifra supera los 6.000 millones.
Por otra parte, fuentes del área hacen notar que el trabajo de cerca de 135.000 personas depende directamente de las flores, desde el cultivo hasta la venta en tiendas especializadas. Todas ellas confían en la bendición de San Valentín.