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EE.UU., Rusia y la cooperación de los aparatos de inteligencia

Gero Schließ (mb)20 de abril de 2013

Los presuntos autores del atentado de Boston vienen de la Repúblca de Chechenia, perteneciente a Rusia. Expertos en seguridad cuestionan por ello la calidad de la cooperación de inteligencia entre Washington y Moscú.

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Boston Maratón de WatertownImagen: REUTERS

De Chechenia son los presuntos autores del atentando de Boston. Esto podría convertirse en un asunto político muy delicado, respecto del cual hasta ahora ningún político en Washington ha querido manifestarse públicamente. Detrás de bambalinas, la pregunta latente es si las actuales relaciones –más bien frías- entre Estados Unidos y Rusia fueron un obstáculo para que sus servicios de seguridad cooperasen y si esto llevó a las fatales consecuencias del atentado de Boston.

Dschochar und Tamerlan Zarnajew Anschläge Boston Marathon Watertown
¿En qué momento se radicalizaron los presuntos autores de la matanza de Boston?Imagen: picture alliance/AP Photo

Según dijo a DW Matthew Rojansky, especialista en Rusia del think tank Carnegie Endowment for International Peace, con sede en Washington, “debemos ser muy cuidadosos cuando se trata de juzgar las conexiones de los autores del atentado”. Puede ser que estas personas hayan llegado a Estados Unidos siguiendo fines legítimos como estudiar y trabajar; puede ser que posteriormente se hayan radicalizado.

Muchas preguntas

Por lo pronto, las autoridades chechenas informan que los hermanos abandonaron el país siendo niños y que, después de una estancia en Asia central, emigraron a Estados Unidos. Con todo, la posibilidad de que los presuntos terroristas tengan relaciones con el movimiento separatista checheno existe. “Si así fuese, para Estados Unidos es muy importante recabar toda la información posible de los rusos”, afirma Rojansky. El motivo de la radicalización de esta pareja de hermanos o su conexión con otras posibles células terroristas son algunas de las preguntas a dilucidar.

”A pesar de sus diferencias políticas, los aparatos de seguridad de ambos países han sabido colaborar en asuntos delicados como el terrorismo o la no proliferación de armas nucleares”, dice a DW Joseph Wippl, experto en seguridad. De los últimos sucesos, “la consecuencia más importante será una mirada más atenta del FBI hacia regiones como Chechenia y Somalia”, añade.

Obama in Russland mit Putin
Barack Obama y Vladimir Putin, Moscú 2009Imagen: picture-alliance/ dpa

¿Puerta abierta a la cooperación?

Es posible que en esta situación –como tras los atentados del 11 de septiembre de 2001- se abra la posibilidad de que Estados Unidos se dirija a Rusia para conseguir más información. Dado que el presidente Putin se mostró solidario y condenó “a todos los terroristas”, los bancos de datos de las autoridades rusas podrían ponerse a disposición. A cambio, Estados Unidos podría ofrecer a Rusia sus investigaciones en el caso sirio. El intercambio podría ser una medida que aporte a la confianza mutua en determinados campos conflictivos.

Del 2009 al 2012, Estados Unidos y Rusia acometieron problemas bilaterales, de interés mutuo, de manera pragmática. Después, así la opinión generalizada de especialistas norteamericanos, las posiciones se endurecieron hacia un “todo o nada”. Un aguijonazo fue la ley “Magnitsky Act”, aprobada por el Congreso en diciembre de 2012, dirigida a sancionar a oficiales rusos por violaciones a los derechos humanos; a 18 rusos se les prohibió el ingreso a Estados Unidos.

¿La política impidió el intercambio de información?

Esto y la polémica en torno a la opresión al movimiento democratizador ruso han bloqueado muchos aspectos de las relaciones y el presidente Obama, así Rojansky, no ha sabido aprovechar los espacios existentes, lo cual ha tenido un fatal efecto en la cooperación de los aparatos de seguridad. “No sabemos lo suficiente para afirmar que pudieron haber colaborado más. Sin embargo, en caso de que se constante que habiendo podido cooperar no lo hicieron por razones políticas, el cuestionamiento será muy duro”, concluye.

Autor: Gero Schließ (mb)
Editora: Emilia Rojas