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CIA habría protegido a ex nazis

14 de diciembre de 2010

Un informe de la CIA revela nuevos detalles sobre cómo oficiales de inteligencia de EE. UU. protegieron a criminales nazis después de la II Guerra Mundial, utilizándolos más tarde como espías durante la Guerra Fría.

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Banquillo de los acusados en uno de los juicios de Núremberg.Imagen: DHM

Los archivos desclasificados de la CIA y del Ejército estadounidense confirman que, luego de concluida la II Guerra Mundial, oficiales de inteligencia de las Fuerzas Aliadas protegieron a nazis y criminales de guerra a cambio de cooperación.

“Indudablemente, el comienzo de la Guerra Fría trajo consigo nuevas funciones para los servicios de inteligencia estadounidenses, nuevas prioridades y también nuevos enemigos. Había menos presión por arreglar cuentas con los alemanes o con los colaboradores del régimen nazi. En ciertos casos, hasta parecía contraproductivo”, se lee en el informe publicado por el Archivo Nacional de los Estados Unidos.

“Sin tener en cuenta algunas excepciones, estos casos específicos esbozan un patrón de comportamiento que indica que capturar y penalizar a criminales de guerra se volvió menos interesante con el paso del tiempo”, continúa el reporte.

El informe lleva el título de “Las sombras de Hitler: criminales de guerra nazis, los servicios de inteligencia estadounidenses y la Guerra Fría”, y se basa en información clasificada existente hasta el 2005 y publicada en el Acta de Divulgación de Crímenes de Guerra Nazis, en un esfuerzo del Gobierno de Washington por esclarecer sus propias actitudes.

El contenido de la publicación echa luz sobre una cantidad de ex miembros de las SS y de la GESTAPO que huyeron de la justicia con el conocimiento y hasta con ayuda de los EE. UU.

Ayudante de Auschwitz, a salvo de la extradición

Rudolf Mildner, por ejemplo, fue inicialmente arrestado en una operación que buscaba a nazis que habrían liderado un grupo clandestino de resistencia nazi.

D-Day, Alliierte Landung in der Normandie 1944
Cuando terminó la II Guerra, la Guerra Fría creó nuevos enemigos y nuevas prioridades.Imagen: AP

Las autoridades sabían que Mildner había sido miembro de la GESTAPO durante un largo tiempo, pero nunca lo presionaron para obtener detalles de los crímenes perpetrados por esa organización contra los judíos o contra otras minorías. Fue detenido e interrogado en Viena, y los oficiales estadounidenses lo calificaron de “muy confiable y cooperativo”.

Al analizar más detalladamente el pasado, sin embargo, se comprobó que Mildner había ordenado la ejecución de entre 500 y 600 ciudadanos polacos en el campo de concentración de Auschwitz. Confrontado con esas acusaciones, Mildner confesó. En el informe se indica que trató de racionalizar sus actos alegando que “los alemanes tuvieron que hacer esas cosas en Polonia y Silesia para preservar el orden y prevenir sabotajes”.

Más tarde, países como Gran Bretaña y Polonia solicitaron la extradición de Mildner. Pero, de acuerdo con el informe, “perseguir y castigar a criminales de guerra no era una alta prioridad en el Ejército a fines de 1946.”

Mildner se prestó a declarar contra el jefe de la Central de Seguridad del Tercer Reich (RSHA), Ernst Kaltenbrunner, durante los juicios de Núremberg, por lo cual se lo liberó en 1949. Así, Mildner pudo huir y su paradero es desconocido hasta hoy.

Se cree que las autoridades de EE. UU. lo protegieron de la extradición y hasta facilitaron su huída hacia Sudamérica, que se había convertido en destino de muchos ex criminales de guerra nazis que escapaban de la justicia.

Planes de posguerra de Hitler para Palestina

El material recientemente revelado también arroja luz sobre los planes de la Alemania nazi para Oriente Próximo, donde el liderazgo nazi estableció vínculos estrechos con el gran muftí de Jerusalén, Haj Amin al-Husseini.

Hadj Amin Husseini
Hadj Amin Husseini, el gran muftí de Jerusalén, aliado de Hitler.Imagen: picture-alliance / KPA/TopFoto

Husseini recibió sustancial apoyo económico y logístico de la Alemania nazi con el objetivo de utilizarlo para controlar a los palestinos una vez que Alemania hubiera derrotado a Gran Bretaña en Cercano Oriente. Lo que unía a Husseini y a Berlín era considerar a los judíos su enemigo común.

Los archivos desclasificados de la CIA y del Ejército estadounidense confirman que los aliados sabían lo suficiente acerca de las actividades de Hussein durante la II Guerra Mundial como para considerarlo un criminal de guerra. El muftí, temiendo que lo persiguieran, huyó a Suiza, donde las autoridades lo entregaron a la justicia francesa.

El Gobierno británico se opuso a que Hussein fuera sometido a juicio temiendo que eso produjera malestar en Palestina. El muftí terminó viviendo en Siria y luego en Líbano, y siempre rechazó las acusaciones de haber estado vinculado a la Alemania nazi. Alegó que sólo visitó Berlín para evitar ser detenido por los británicos.

Ex nazis, empleados por agencias de espionaje occidentales

A principios de 2010, Alemania hizo público material de los archivos de la Stasi, la policía secreta de la ex República Democrática Alemana, en el que se detalla cómo el servicio de inteligencia de Alemania Occidental recurrió a ex nazis y criminales de guerra para aumentar sus filas. Los servicios secretos de la Alemania de posguerra se montaron con ayuda de los aliados.

Dado que el nuevo enemigo de Occidente, pasada la II Guerra Mundial, era el bloque de la Unión Soviética, algunos historiadores sostienen que las autoridades aliadas aceptaron ampliamente la evasión de ex nazis de la justicia si probaban poseer habilidades que fueran útiles en los nuevos frentes de la Guerra Fría.

Autor: Andreas Illmer/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia