Proyecto Ecológico Azuero se creó hace ocho años en la península de Azuero, en Panamá, donde además de la extrema sequía, la ganadería extensiva ha acelerado la deforestación. Un 40% de su superficie se destina a actividades agropecuarias y apenas queda un 12% de bosque maduro. Su principal tarea se centra en concientizar a esos ganaderos que antaño creían que tener su finca limpia de vegetación era positivo para su negocio. Sin embargo, la falta de árboles ha provocado que el agua no permee en la tierra y el pasto pierda su calidad. Por eso en los últimos años el ganado disminuyó un 40% su peso y se redujeron las cabezas de reses y la producción láctea a la mitad. En el último siglo Panamá ha perdido un 65% de su cobertura boscosa por actividades humanas. El gobierno fijó la meta de recuperar un millón de hectáreas hasta 2035 con una inversión de entre 3.2 a 6 mil millones de dólares, pero hasta el momento ProEco Azuero no ha recibido ningún apoyo financiero público. Junto al centenar de productores que han convencido de la urgencia han recuperado 30 hectáreas, un resultado reducido debido a los costos de reforestación: unos 4 mil dólares por una hectárea y unos cuatro meses de planeación. Otro de sus ejes se centra en proteger los manglares, donde se crían un 87% de los recursos marinos costeros que consumimos. Por eso los pescadores de la zona también se han visto afectados por la degradación que sufren esos manglares debido a las inundaciones y el cambio climático. El Ministerio de Ambiente de Panamá reconoció el esfuerzo y compromiso del Proyecto Ecológico Azuero por medio del premio a la Excelencia Ambiental. El galardón fue en la categoría "compromiso ciudadano de organización no gubernamental" y se dio a la "Iniciativa Escolar del Mono Araña", la cual es el primer frente de concientización en las comunidades aledañas al hábitat del mono araña Azuerense, subespecie endémica de la región de Azuero y en peligro crítico de extinción.